Segunda parte . Poema II
Caminamos a la orilla de nuestra mente, un
lugar al que llegan pensamientos rotos,
y dejan en la arena restos de algo enorme, ya
perdido, y unos caracoles como orejas,
y algas entre muertas y vivas, enroscadas en
los hoyos de la playa. La mente se ha ausentado
hace tiempo, y nadie tiene noticias de ella.
Nadie sabe muy bien adónde se ha ido,
si ha logrado olvidarnos esta vez, o si puede
volver, luminosa y altiva.
Caminamos por campos neblinosos, repletos de
charcos y ahí está la mente, ahí respira.
No la vemos, no la escuchamos, por más que un
susurro monocorde, autómata, nos sobrecoge
mientras caminamos, quizás en círculos, quizás
alejándonos de ella, de su centro.
Hay algo más allá de cuanto miramos, algo que
se eleva y se desploma, y que nos habla.
***
Quisiéramos un lugar quieto para todo, un
lugar que conservara la conversación
que sostenemos con el mundo. Pero el mundo
resulta esquivo, nuestra mente
casi ajena en su soliloquio, y todo fluye
hacia el ruido de la aniquilación.
Al caminar hacia la intemperie intuimos un
lugar de ruinas, un pasado
donde algo estuvo antes, no construido sino
eterno, y así nos perdemos
en cierta neblina, donde nadie ha estado ni ha
hecho pie.
Es curiosa esta pretensión de inmovilidad,
cuando somos
quienes más nos movemos, inquietos por la hora
que se avecina,
y sin saber qué trae la hora, que trae después
de ella, qué vacío.
***
Acaso lo más extraño de este lugar sea que
haya existido una vez,
que haya guardado calor y textura, y un
sentido para quien lo vio
levantarse en el aire como un sol benigno.
Ahora dudamos
de nuestros recuerdos, si alguna vez los
tuvimos, o fueron nuestros.
Una cadencia como de música perdida nos ronda,
una definición
arcaica y sin aplicación a cualquier fenómeno
que recordemos.
Porque eso somos, un viejo chiste que se frena
y recomienza sin solución
alguna. Una referencia a algo que extraviamos
y no sabemos dónde ni
en qué nos afecta su pérdida, pero por ella
estamos acá, y perduramos.
Miguel Gaya, Ayacucho, 1953
de Tríptico de la Memoria Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2022
Seleccionado por Jorge Aulicino
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