martes, julio 26, 2016

elizabeth bishop. durmiendo de pie



Durmiendo de pie

Cuando nos acostamos a dormir el mundo desaparece a medias
en sucesivos grados de oscuridad;
el buró queda en la Pared
y los pensamientos que declinaron durante el día
crecen mientras otros caen,
se levantan y forman un bosque de tupidos árboles.

Los coches blindados de los sueños, ideados para hacer
tantas cosas peligrosas,
resuenan en el límite
camuflados, y listos para atravesar
las oleadas más rápidas, o para llegar a un arrecife
 de pizarras derruidas, mientras que las láminas y superficies se unen.

-A través de las rajaduras de las torretas vimos las migas o piedras tendidas
debajo de los bordes afirmados
al suelo del bosque,
como los niños inteligentes adoptados por un día
y acompañados hasta su puerta
   una noche, al menos; y en los  horribles tanques

los seguimos toda la noche. A veces desaparecían,
disolviéndose en el musgo,
a veces íbamos demasiado rápido
y hacíamos que encallaran. Tan torpemente navegamos
  hasta que la noche pasó
   y nunca descubrimos dónde estaba la casa.

Elizabeth Bishop, Worcester, 1911- Boston, 1979
En Elizabeth Bishop, Complete Poems, Chatto& Windus, London, 2004
Versión © Silvia Camerotto
imagen de Catrin Welz-Stein

Sleeping Standing Up

As we lie down to sleep the world turns half away
            through dark degrees;
              the bureau lies on the Wall
and thoughts that were recumbent in the day
            rise as the other fall,
  stand up and make a forest of thick-set trees.

The armored cars of dreams, contrived to let us do
            so many a dangerous thing,
                 are chugging at its edge
all camouflaged, and ready to go through
            the swiftest streams, or up a ledge
   of crumbling shale, while plates and trappings ring.

-Through turret-slits we saw the crumbs or pebbles that lay
            below the riveted flanks
              on the green forest floor,
like those the clever children placed by day
            and followed to their door
  one night, at least; and in the ugly tanks

we tracked them all the night. Sometimes they disappeared,
            dissolving in the moss,
              sometimes we went too fast
and ground them underneath. How stupidly we steered
 until the night was past
  and never found out where the cottage was.




1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente poeta, excelente versión.