1
Un
pedacito de tierra
sobre
el que todo está solo.
Mi
hijo esta solo
mientras
siega
lo
que va quedando de los tientos
de
los sueños de aquel que se marcho.
Pobre
hijo mío
que
solo tiene una madre sola
mil
veces sola sobre un montón de tierra.
Pobre
hijo mío
a
quien no pude darle
algo
invencible
algo
inalterable
algo
mas que pasos que se pierdan.
Las
mariposas, las abejas,
que
en otras primaveras le mostraba:
(espero,
sueño, habérselas mostrado)
.habrán
guardado su sonrisa?
Pobre
niño sin padre
antes
y ahora
segando
solo la tierra que no es suya
como
segando un cariño oscuro
que
se fue cerrando como un puño.
4
Esa
mañana escuchaba el quejido
de
la puerta del mueble en la cocina.
La
puerta donde está el tacho de basura.
Esa
mañana hacia frío todavía.
En
mi útero había sangre todavía
mientras
oía, inmóvil en la cama,
el
ruido de la puerta en la cocina.
Pude
cerrar los ojos y no ver cómo te ibas
pero
no pude dejar de oír aquella puerta.
Algo
viniste a decirme, que te perdonara.
Dentro
mío la sangre coagulaba
los
óvulos, todos, se morían.
Ahora
en la cocina, cada mañana,
cuando
desgrano una fruta
para
mi cuerpo sin nido
me
doblo como un gato al que alcanzo
una
flecha
para
dejar caer mi resto en la basura.
Una
cáscara, un corazón, una semilla.
Con
ellos va el perdón que puedo darte.
15
Que
me sientas como a un miembro amputado
enfermo,
si, y parte tuya.
Que
cada beso sea una hoja que se cae.
Que
cada festín tenga esa música
loca
que adivina la amargura.
Que
estando lejos
que
siendo extraño
te
mires las manos
te
veas al espejo.
Que
camines por la arena vieja
llameante
de estar callado.
Que
tus fantasmas de niño no me encuentren
y
pasen a buscarte.
Que
cada día sea una estafa.
Exactamente
como cuando estaba
yo
pero
sin mí.
Carina Sedevich, Santa Fe, 1972 (resida en Villa María, Córdoba)
de Como segando un cariño oscuro, Ediciones llantodemudo, Córdoba, 2012
imagen de entelepentele© – “microcosmos”, en Uno de los nuestros
1 comentario:
gracias mil, silvia! abrazo enorme!
carina sedevich
Publicar un comentario