Soledad tardía
Soledad, bien te busqué
mientras tuve compañía…
Soledad, soledad mía,
viniste cuando se fue…
mientras tuve compañía…
Soledad, soledad mía,
viniste cuando se fue…
De tus brazos me escapé
cuando en tus brazos dormía;
estar a solas quería
sin adivinar por qué.
cuando en tus brazos dormía;
estar a solas quería
sin adivinar por qué.
Toda la noche vagué,
por verte, soledad mía;
regresé rayando el día,
y dormida la encontré.
por verte, soledad mía;
regresé rayando el día,
y dormida la encontré.
De puntillas me alejé
burlando su compañía
por hallarte, y no te hallé;
pero un día que volví,
no la encontré…
burlando su compañía
por hallarte, y no te hallé;
pero un día que volví,
no la encontré…
¡Ay, mi soledad tardía,
viniste cuando se fue!
Lloré porque no podía
hallarte, soledad mía…
y lloré porque te hallé…
viniste cuando se fue!
Lloré porque no podía
hallarte, soledad mía…
y lloré porque te hallé…
Enrique González Martínez, Guadalajara, Jalisco, 1871- México D.F., 1952
de Los senderos ocultos, 1911
imagen de Ángela Lergo ©, Even in the darkest hours (1), en Uno de los nuestros
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