lunes, mayo 31, 2010
de la electricidad no puede surgir
I. El tiempo.
2.
Si hemos aceptado el viento
no te afinques.
No lamentes la luz
que un instante atraviesa
el follaje y desaparece.
Es posible que corramos
detrás de una música
que nunca se escucha
ni en el paisaje ni en nosotros
y flota
como un puente de grande fragilidad.
No estamos más que de ese modo.
Y ése no es un lugar para
construir.
Lo que elegimos nos lleva
y ordena
quienes somos.
VI. Lo nuestro
2.
Se esconde.
Lo que sabemos es que no está.
Se esconde.
Se esconde en la espesura
en el placard
en lo profundo de un sótano
que almacena desperdicios
en las tinieblas
de un cuarto cerrado
y que da miedo.
Otra vez y para que se entienda:
No está.
Perso su ausencia dice
que es
y que lo echamos en falta.
Se esconde.
En baúles con sombreros ajados
en el cuarto de planchar
en lo profundo de un chalet cerrado
en un balneario en invierno.
Ahí quedó
mohoso.
Donde no lo hallaremos al volver
porque hemos cambiado.
Junté mis dedos a las puntas de tus dedos
y fue como si dijera
ahora puede volver.
De la electricidad puede surgir.
De la electricidad de tu cuerpo
y de la oscuridad
de las persianas bajas.
En esa hora en que todo se aquieta
y la chicharra manda
y su mentira en la noche
es puesta en evidencia
por la verdad de tu cuerpo
puede volver.
Pero es inútil.
Se esconde
y nos espía
y su mirada nos llena de vergüenza.
Miguel Gaya, Ayacucho, 1953
en Lo efímero y otros poemas inestables, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2009
imagen: Bente Skille
jueves, mayo 27, 2010
la técnica moderna ya no basta
Llegará un día
Llegará un día
La técnica moderna ya no basta
Cada travesía cuesta un millón de electores
Con los aviones y los dirigibles costará diez millones
Los cables submarinos mi camarote de lujo las ruedas los trabajos de los puertos las grandes industrias comen dinero
Toda esa actividad prodigiosa que es nuestro orgullo
Las máquinas ya no bastan
Quiebran
En su basura Job todavía utiliza su masaje facial eléctrico
Es gracioso
Un jour viendra
Un jour viendra/ La technique moderne n'y suffit plus/ Chaque traversée coûte un million aus électeurs/ Avec les avions et les dirigeables cela coûtera dix millons/ Les câbles sous-marins ma cabine de luxe les roues les travaux des ports les grandes industries mangent de l'argent/ Toute cette activité prodigieuse qui fait notre orgueil/ Les machines n'y suffisent plus/ Faillete/ Sur son fumier Job se sert encore des son face-massage éléctrique/ C'est gai
París
Me quedé toda la noche en el puente escuchando los mensajes que llegaban por radio descifrando algunos fragmentos
Y traduciéndolos con guiños de ojos para las estrellas
Un astro nuevo brillaba a la altura de mi nariz
La brasa de mi cigarro
Pensaba distraídamente en París
Y cada estrella del cielo era reemplazada a veces por un rostro conocido
Vi a Jean como una antorcha fatua el ojo malicioso de Erik la mirada tranquila de Fernand y los ojos de un montón de cafés alrededor de Sanders
Los quevedos redondo de Eugenia los de Marcel
La mirada vertiginosa de Mariette y los ojos movedizos del Gascón
De tanto en tanto Francis y Germaine pasaba en auto y Abel hacía puestas en escena y estaba triste
Luego proseguía el radio y yo miraba las estrellas
Y el nuevo astro volvía a encenderse en la punta de mi nariz
Me iluminaba como Raymone
Muy cerca muy cerca
Paris
Je suis resté toute la nuit sur le pont écoutant les messages qui arrivaient par T.S.F. en déchiffrant quelques bribes/ Et les traduisant en clignant des yeux pour les étoiles/ Un astre nouveau brillait à la hauteur de mon nez/ La braise de mon cigare/ Je songeais dístraitment à Paris/ Et chaque étoile du ciel était remplacée parfois par un visage connu/ J'ai vu Jean comme une torche follete l' oeil malicieux d'Erik le regard posé de Fernand et les yeux d'un tas de cafés autour de Sanders/ Les bésicles rondes d'Eugénia celles de Marcel/ Le regard en flèche de Mariette et les yeux dodelinant du Gascon/ De temps en temps Francis el Germaine passaient en auto et Abel faisait de la mise en scène et était triste/ Puis la T.S.F. reprenait et je regarderais les étoiles/ Et l'astre nouveau s'allumait à nouveau au bout de mon nez/ Il m'éclarait comme Raymone/ Tout près tout près
Blaise Cendrars, La Chaux-de-Fonds, Suiza, 1887 - París, 1961
En Blaise Cendrars, Poesía completa, traducción de Víctor Goldstein, Ediciones Fausto, Buenos Aires, 1975
imagen: Henry Miller, Amours toujours, 1973
domingo, mayo 23, 2010
marianne moore. los trabajos de hércules
Los trabajos de Hércules
Popularizar la mula, cuyo exterior neto
expresa el principio de adaptación reducido a un mínimo:
para persuadir a aquél de gusto austero, orgulloso de su
casa, y músico:
de que el piano es un campo libre para la representación; de
que sus "encantadoras notas de renacuajo"
pertenecen al pasado cuando uno tenía tiempo para tocarlas:
convencer a esos Midas autodidactas del intelecto
cuya ignorancia de catorce quilates aspira a incrementar su
valor,
“hasta que el cielo sea el límite”
la conducta excesiva presagia desengaño,
que uno no debe pedir prestada una blanca y larga barba y
colgársela
y amenazar al curioso casual con la guadaña de tiempo:
enseñar al bardo de selectividad demasiado elástica
que uno detecta el poder creativo por su capacidad para
conquistar la propia indiferencia,
que mientras tenga más elasticidad que lógica,
sabe a dónde va;
vuela en línea recta como la electricidad,
despoblando áreas que se jactan de remotas,
para demostrar a los sumos sacerdotes de la casta
que el esnobismo es estupidez,
el mejor costado de la vieja adulación,
besa los pies del hombre superior,
patea la cara del hombre inferior;
para enseñar a los santos patronos de los ateos, al trovador
sensiblero
del Coliseo espérame-a solas-a-la-luz-de-la-luna
que los escándalos por las quitas no son vida
ni tampoco apropiados para la muerte —que estaban hartos de
la tierra,
hartos del chiquero, gansos salvajes y hombres salvajes;
para convencer a los controvertidos encantadores de serpientes
que una cosa es cambiar de opinión,
y otra erradicarla —que uno sabe todavía
"que el Negro no es bruto,
que el judío no es codicioso,
que el oriental no es inmoral,
que el alemán no es un huno."
Marianne Moore, Kirkwood, 1887 - New York, 1972
Versión © Silvia Camerotto
en Marianne Moore, Complete Poems, Penguin Books, New York, 1991
imagen: Antonio Tempesta, 1608, de la serie Los trabajos de Hércules
The labors of Hercules
To popularize the mule, its neat exterior
expressing the principle of accommodation
reduced to a minimun:
to persuade one of austere taste, proud in the
possession of home, and a musician—
that the piano is a free field for etching;
that his “charming tadpole notes”
belong to the past when one had time to play
them:
to persuade those self-wrought Midases of
brains
whose fourteen-carat ignorance aspires to rise
in value,
“till the sky is the limit”
the excessive conduct augurs disappointment,
that one must not borrow a long white beard and
tie it on
and threaten with the scythe of time the
casually curious:
to teach the bard with too elastic a
selectiveness
that one detects creative power by its capacity
to conquer one’s detachment,
that while it may have more elasticity than
logic,
it knows where it is going;
it flies along in a straight line like
electricity,
depopulating areas that boast of their
remoteness,
to prove to the high priests of caste
that snobbishness is a stupidity,
the best side out, of age-old toadysim,
kissing the feet of the man above,
kicking the face of the man below;
to teach the patron-saints-to-atheists, the Coliseum
meet-me-alone-by-moonnlght maudlin troubadour
that kickups for catstrings are not life
not yet appropriate to death—that were sick of
the earth,
sick of the pig-sty, wild geese and wild men;
to convince snake-charming controversialists
that it is one thing to change one’s mind,
another to eradicate it—that one keeps on
knowing
“that the Negro is not brutal,
that the Jew is not
greedy,
that the Oriental is
not immoral,
that the German is not
a Hun.”
sábado, mayo 22, 2010
marianne moore. qué son los años
¿Qué son los años?
¿Cuál es nuestra inocencia,
cuál es nuestra culpa? Estamos todos
desnudos, nadie está a salvo. ¿Y de dónde
viene el coraje: la pregunta sin respuesta,
la duda rotunda,
—llamando muda, escuchando sorda— que en la
desgracia, aún en la muerte,
alienta a otros
y en su derrota, incita
al alma a ser fuerte? Aquel
que ve más allá y se alegra,
accede a la mortalidad
y en su prisión se eleva
a sí mismo como
el mar en un abismo, luchando
por liberarse pero incapaz de hacerlo,
en su capitulación
encuentra su continuidad.
Así, aquel que siente con pasión,
se comporta. Hasta el pájaro,
que crece mientras canta, forja
su forma hacia lo alto. Aunque esté cautivo,
su canto poderoso
dice que la satisfacción es una cosa
menor, que la alegría es cosa pura.
Esto es mortalidad,
esto es eternidad.
cuál es nuestra culpa? Estamos todos
desnudos, nadie está a salvo. ¿Y de dónde
viene el coraje: la pregunta sin respuesta,
la duda rotunda,
—llamando muda, escuchando sorda— que en la
desgracia, aún en la muerte,
alienta a otros
y en su derrota, incita
al alma a ser fuerte? Aquel
que ve más allá y se alegra,
accede a la mortalidad
y en su prisión se eleva
a sí mismo como
el mar en un abismo, luchando
por liberarse pero incapaz de hacerlo,
en su capitulación
encuentra su continuidad.
Así, aquel que siente con pasión,
se comporta. Hasta el pájaro,
que crece mientras canta, forja
su forma hacia lo alto. Aunque esté cautivo,
su canto poderoso
dice que la satisfacción es una cosa
menor, que la alegría es cosa pura.
Esto es mortalidad,
esto es eternidad.
Marianne Moore, Kirkwood, 1887 - New York, 1972
Versión © Silvia Camerotto
en Marianne Moore, Complete Poems, Penguin Books, New York, 1991
imagen: Liu Chenyang
Otra versión del mismo poema
¿Qué son los años?
¿Cuál es nuestra inocencia,
cuál es nuestra culpa? Todos estamos
desnudos, nadie está seguro. Por lo tanto,
es coraje: la pregunta sin contestar,
la duda firme,-
llamando muda, escuchando sorda- ¿eso
en la desgracia, hasta la muerte,
dando coraje a otros,
y en su derrota, alentando
al alma a ser fuerte? Ve
profundo y es alegre quien
accede a la mortalidad
y en su prisión se levanta
a sí mismo como
al mar en un abismo, luchando por ser
libre aunque es incapaz,
en su entrega,
de encontrar su continuidad.
Entonces quien fuertemente siente,
se comporta. El pájaro mismo,
se ensancha; acerado
en su forma, se endereza. Aunque está cautivo,
sus poderosos cantos
dice, la satisfacción es una cosa
humilde, como pura una cosa es alegría.
Eso es mortalidad,
eso es eternidad.
Versión: J. Aulicino
más de moore en: campo de maniobras
What are years?
What is our innocence,
what is our guilt? All are
naked, none is safe. And whence
is courage: the unanswered question,
the resolute doubt,—
dumbly calling, deafly listening —that
in misfortune, even death,
encourages others
and in its defeat, stirs
the soul to be strong? He
sees deep and is glad, who
accedes to mortality
and in his imprisonment rises
upon himself as
the sea in a chasm, struggling to
free and unable to be,
in its surrendering
finds its continuing.
So he who strongly feels,
behaves. The very bird,
grown taller as he sings, steels
his form straight up. Though he is captive,
his mighty singing
says, satisfaction is a lowly
thing, how pure a thing is joy.
This is mortality,
this is eternity.
jueves, mayo 20, 2010
todo ha de ser
Contra la muerte
Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y siniestra con tal de prosperar en mi negocio.
No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.
¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?
Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.
No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.
Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, pero no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.
Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.
Gonzalo Rojas, Lebu, Chile, 1917
en Gonzalo Rojas, Contra la muerte, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1992
imagen: Richard Vaneck
miércoles, mayo 19, 2010
césar fernández moreno. buenos aires me vas a matar
Buenos Aires me vas a matar
cruzando el uruguay se llega al uruguay
pero ese es otro asunto son otros amores
por hoy vuelvo a mi casa achatándome en balsas
cruzo las lechiguanas sobre un camalote
y otra vez la provincia de buenos aires
ya no están los indios para molestar
ya no hay más malones sólo quedan buenazos
y otra vez la tierra deshaciéndose entre las manos
otra vez ovejas sobre fondo verde
gaviotas sobre tierra arada
ya no es la patagonia tampoco europa
la historia delgadita se adhiere apenas a la tierra
levanta el árbol su copa voluntariosa
todo inscripto con arte en un perfecto círculo
a ver tomemos un pueblo cualquiera
digamos veinticinco de mayo
nueve de julio cualquier fecha patria
el poco tiempo que hemos juntado
lo usamos para nombrar espacios
es de noche el calor engendra hechos
prolifera burbujas de vida
las muchachas vacantes pasean debidamente infladas
por la plaza quiero decir por sus bordes
en el centro no hay nadie salvo un prócer oscuro
la iglesia la municipalidad el banco están cerrados
los bares abiertísimos
desbordan sobre la calzada sus tapitas de cerveza sus mesas en mangas de camisa
las vidrieras son muy observadas por los insectos
y cuando te alejás diez pasos de la plaza
se te desploma encima la gran negrura
sólo quedan sonidos en el mundo
un melifluo nocturno de chopin escapa por los resquicios de un balcón
en un garage entreabierto un clarinete ensaya su cumbia
los niños jugando a la mancha venenosa
segura su inocencia en el milagroso calor
y a la mañana traes el banquete de los mosquitos
todo ha cambiado terminó la caza del hombre
el césped es el único dueño de la plaza
el pueblo se echa a andar en alpargatas
las medialunas están recién hechas
los helados comienzan a endurecerse
los basureros malabaristas recogen en canastos las cosas de la noche
los toldos se bajan para frenar el mediodía
las campanas siguen siendo el mayor sonido
y varios gallos en profundos patios
y unos taquitos excitando la vereda
y una motocicleta evasiva
y otra vez buenos aires
otra vez un nombre que significa demasiadas cosas
ahora quiero decir la ciudad aquella chata arenera
y otra vez mi papá con su surtido de buenoss airess
si vieras viejo ahora caminan con la portátil en la mano como si fuera un misal
no sea que el mate les vaya a funcionar
y otra vez el asfalto como cama tendida
sobre un agujereado colchón de estopa
y las viejas reparticiones como conventillos
donde las viejas empleadas calientan el té sobre lenguas de alcohol
vos siempre sos la misma buenos aires
no se pueden hacer tantas colas ante tantas ventanillas cerrdas
no se pueden aguantar tantos colados en estas colas
no se puede comer tanta pizza sin enchastrarse el alma
tus merengues me revientan en la mano como pústulas
me vas a matar buenos aires
con la juventud incesante de tus mujeres
con la rifada inteligencia de tus hombres
con la astucia artística de tus homosexuales
con la discreción ostentosa de tus porteros
con tus ascensores que se descomponen para subir
y se arreglan solos para bajar
con tus semáforos trancados en rojo para esperar el día del juicio final
vos cambiás demasiado buenos aires
no me tironees de esta manera
me vas a poner rueditas y hacerme andar por los rieles que abandonaron tus tranvías
me vas a colgar de los cables olvidados por tus trolebuses
me vas a eyectar de uno de tus colectivos
yo no puedo seguir agarrando los boletos con el índice y el pulgar
ya nos hemos agotado todo el créditos los unos a los otros
quisiéramos comprar y vender al contado
yo no puedo arreglar cosas fundamentales mientras me pongo el sobretodo para cambiar de oficina
no se puede vivir con tanta revista literaria
basta de ya que te encuentro aprovecho para
si seguimos así buenos aires
rapidito me vas a matar
me vas a vender como pan dulce para fin de año
me vas a enterrar en una mesa redonda
vos siempre sos la misma vos cambiás demasiado
me das y me quitás demasiadas cosas
yo no sé de dónde sacás fuerzas para inventarlas
sí sé de dónde para reprimirlas
yo no quiero más este amor a caídas que me proponés
este juego de empezar llegar a un punto y cortar de golpe
y te sigo queriendo buenos aires
día a día ofrezco el pecho a tus golpes
quedate tranquila no te va a fallar
buenos aires me vas a matar
César Fernández Moreno, Buenos Aires, 1919- París, 1985
en Los Grandes Poetas, César Fernández Moreno, Buenos Aires me vas a matar,Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1989
lunes, mayo 17, 2010
fabián casas. me detengo frente a la barrera
Me detengo frente a la barrera
Me detengo frente a la barrera.
Es una noche clara y la luna se refleja
en los rieles. Apago las luces del auto.
Está bien, pienso, es bueno que nos demos un tiempo.
Sin embargo no comprendo nuestra relación;
no sirvo para eso. ¿Acaso serviría de algo?
Tu padre está enfermo y mi madre está muerta;
pero igual podría ir y tirarme encima tuyo
como todas estas noches. Eso es lo que sé.
Ahora la tierra vibra y un tren oscuro
lleva gente desconocida como nosotros.
Foto 1965
A las cosas no les importan los mortales.
Ayer encontré esa foto
que ni recordaba,
y te juro que parecíamos tranquilos
en ese simulacro del papel y de la luz.
Una oportunidad
Caminás con las manos en los bolsillos,
por la rambla, rodeando el mar.
Te acordás de otro tiempo, aquí mismo,
estabas enfermo de la cabeza
y no podías sostenerte de pie,
con elegancia. Sin embargo,
pudiste salir.
Hubo una oportunidad en aquella época.
Ahora mirás el mar, pero no decís nada:
ya se han dicho muchas cosas
sobre ese montón de agua.
Fabián Casas, Buenos Aires, 1965
en Poesía en la fisura, selección y prólogo de Daniel Freidemberg, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 1995
imagen: Adolfo Vázquez Roca
domingo, mayo 16, 2010
inútilmente empuja
Ensayo general
Todos los días vuelvo a recordar
lo que aprendí aquella noche perdida
de mil novecientos treinta y tantos
con el mismo trabajo, los mismos párpados hinchados
en su tambor de llanto, el mismo ombligo inútil
que certifica mi condición de bien nacida
de hombre y de mujer.
Todos los días, implacables me esperan
zapatos, calles, risas,
moldes para llenar como jugando,
'ponga usted la cabeza sobre el cuello
de la odalisca y sonría, sonría, no
pestañee, ¡listo!',
muñecos arrasados a las ocho,
tenedores abiertos a las diez
y carteles sin hora pero con grandes caras bigotudas
de esas que siguen con la mirada y es inútil que trates de esconderte
porque igual te verán, bajo la cama, bajo el sol,
bajo la tierra.
Probé una vez no despertar
y entró una mariposa por la ventana.
Probé una vez no despertar
y entró una mariposa sin alas.
Siempre ha habido un aroma, un sonido
para engañar, un anzuelo, un verbo:
la cara amada se deshace en la pared
y alguien dice palabras con sentido,
el corazón es una víscera cualquiera
y las novelas tienen frases bien construidas
para el consuelo y las antologías.
el tiempo emplea trucos memorables
y el cuerpo sigue con su ensayo general
y el amor va a la zaga, en la caja del alma
o como quiera que se llame
y es inútil que traten de esconderse
porque igual los verán, bajo la cama, bajo el sol,
bajo la tierra.
Salvajemente vuelvo, volveré
siempre, lleno el rostro de agujas,
a malherir la tarde
que me esperaba
con sus claras muchachas y sus ríos
ebrios de mar o viento.
No he nacido,me hicieron
de fragmentos, de polvo, de palabras:
no han dejado a los dioses
suavemente poblarme.
Inútilmente empuja
la estrella rota de mis años
el portal arrasado,
el perdido grito que soy.
Susana Thénon, Buenos Aires, 1935-1991
en La morada imposible, Susana Thénon, Tomo 2, edición a cargo de A. M. Barrenechea y M. Negroni, Editorial Corregidor, Buenos Aires, 2004
imagen: Joseph Szymanski en Joseph Szymanski Photographs
sábado, mayo 15, 2010
loan me a dime
Loan me a dime
Somebody loan me a dime,
I need to call my old time, used to be.
Somebody loan me a dime,
Mmm, I need to call my old time, used to be.
Oooo, little girl's been gone so long,
You know it's worryin me.
Hey, it's worryin, worryin me.
I know she's a good girl,
But, at that time I just didn't understand.
I know she's a good girl,
But, at that time I just didn't understand.
Oh, you know I didn't.
Somebody loan me a dime,
You know I need, I need a helpin hand.
Somebody.
Yeah, she's a good girl,
But, at that time I just didn't understand.
Oooo, I know she's a good girl,
But, at that time I just could not understand.
Whoa, no.
Somebody better loan me that dime,
To ease my worried mind.
Whoo.
Now, I cried, just cried,
Just like a baby, all night long.
Ooo, you know I cried, just cried,
Just like a baby, all night long.
Whooo, somebody better loan me that dime,
I need my baby, I need my baby here at home.
Oooo, yeah.
Fenton Robinson, Greenwood, Mississippi, 1935 - Rockford, Illinois, 1997
jueves, mayo 13, 2010
joaquín giannuzzi. y bien, morimos/ himno nacional
Y bien, morimos
Y bien, morimos.
Millones de años
para la muerte, para una dignidad
extraña, en cierto modo
ajena. Pero el tema
es más ambicioso
que el pensamiento
y se pudre allí mismo.
Quizá hay un error
de perspectiva en todo esto;
especulaciones, sistemas,
estructuras mentales
y el terror debajo. Pero anes
hemos pedido vino
y marchitas
vimos caer las uvas. Morimos,
algo extraño,
pero siempre después.
Y sin embargo hay hombres,
hombres en todas partes,
sobre todo en la tierra.
Multitudes, máquinas,
cerebros secos al amanecer,
el viento, una rosa en la mesa
y café. Todo esto
consagrado a la luz; la muerte
no es natural.
Historia nacional
Entre no saber nada y saber lo que los otros
quisieron que supiera
debí elegir lo primero;
y después de haber dado rotunda finalidad a un escupitajo
hubiera aprendido con mis propias costillas,
con mis intestinos personales recorridos por cólicos,
hubiera andado derecho
dinamitando a mis espaldas lo que debió ser dinamitado.
Y no estaríamos aquí, inconclusos, manoteando,
reunidos a puntapiés por nuestra propia clase,
discutiendo la manera de hacer un país,
de alzar los escombros después de haberlos vomitado,
haciendo de la historia un embrollo jadaeante,
confundiendo los motivos con la hemorragia.
A todo esto nos habrán enterrado
sin haber tenido el coraje
de convertir el enjuiciamiento en un revólver.
Joaquín Giannuzzi,
en Poesía completa, Joaquín O. Giannuzzi, edición y prólogo de Jorge Fondebrider, Edición SiBilina, Sevilla, 2009
martes, mayo 11, 2010
duerme tranquilo
Descansa, duerme tranquilo
Descansa, duerme tranquilo, sufridor de la herida
en la garganta, que arde y se desgarra. Toda la noche
flotando en el mar silencioso, oímos el rumor
que venía de la herida envuelta en el manto de sal.
Bajo la luna a una milla de distancia, temblamos al escuchar
el sonido del mar fluyendo como sangre de la resonante herida
y cuando el manto de sal estalló en una tempestad de canto
las voces de todos los ahogados nadaron en el viento.
Abre un camino en la lenta y triste travesía,
abre al viento las compuertas de tu barco errante
para que comience mi viaje hasta el final de mi herida,
oímos el canto del sonido del mar, vimos el relato del manto de sal,
Descansa, duerme tranquilo, oculta la boca en la garganta,
o cederemos, e iremos contigo hasta los ahogados.
Dylan Thomas, Swansea, 1914 – New York, 1953
Versión © Silvia Camerotto
En The Collected Poems of Dylan Thomas, 1934-1952, New Directions Publishing, New York, 1971
imagen: William Turner, The wreck of the minotaur
Lie still, sleep becalmed
Lie still, sleep becalmed, sufferer with the wound
In the throat, burning and turning. All night afloat
On the silent sea we have heard the sound
That came from the wound wrapped in the salt sheet.
Under the mile off moon we trembled listening
To the sea sound flowing like blood from the loud wound
And when the salt sheet broke in a storm of singing
The voices of all the drowned swam on the wind.
Open a pathway through the slow sad sail,
Throw wide to the wind the gates of the wandering boat
For my voyage to begin to the end of my wound,
We heard the sea sound sing, we saw the salt sheet tell.
Lie still, sleep becalmed, hide the mouth in the throat,
Or we shall obey, and ride with you through the drowned.
domingo, mayo 09, 2010
¡oh insensato!
El amor a lo lejos
Hace mil años abandonamos el último beso en una noche devorada por las montañas
Indefensa entre los colmillos del páramo
Entre las serpientes petrificadas que silban en el viento
Y la ternura de caminar en la niebla con una bujía cuya pálida piel flota en el aire como un halo
Chisporroteando en la mansión de las lluvias poblada de espejos que ondulan con un lamento de eucaliptus sombríos
Podríamos comenzar así esa novela inconstante:
"Una vez cruzábamos el desierto donde el pájaro del desdén se cierne lleno de adioses sobre las almas
"Y sus miradas iluminan las poblaciones con un diamante gris
"Mientras dormíamos graznaba en sueños con el reclamo de países hechiceros abiertos lentamente al abandono
"Pero ahora en su pecho hay fisuras relampagueantes como las ruinas del amor
"Como esas incisiones profundas que dejan irse el gusto de los días
"Desierto magnético
"desierto descabellado con una rosa de nieve eterna resplandeciendo hasta las lágrimas
"Como la dádiva del demonio de la lejanía
"Puro y ardiente
"De ojos dorados que atraviesan el mundo"
¡Oh insensato!
Ya solo quedan los diferentes disfraces escogidos para morir
Tanta pasión tanto desamparo
Entre unas matas de cactus y unas frases de esperanza suplicando el lazo del estrangulador
Lanzado por estrellas de salvajes sobre la llanura de un cuerpo
En vez de despojos
En vez de sonrisas
En vez de sangre seca
Esta ráfaga abrasadora y esta temporada en el infierno
Los monumentos de una hiedra viva palpitan como una música en la oscuridad
Con los secretos de la aventura
Entonces abrías tus más bellas heridas en una cámara de cristal vertiginosa
Donde la tierra es arrancada a sus cadenas por la velocidad del deseo
O te ocultabas en tu madriguera
De amor de fieras de invernáculo
Recogiendo amuletos invisibles al borde de la locura:
Pequeños trozos de tempestad para no olvidar nunca que se cuelgan del cuello como esas piedrecillas transparentes que dan la luz de la nostalgia
Canciones besos alegorías de la dicha y áscuas de la gran batalla ya inmóvil en el alma y desprendida de la insaciable mutación de la vida
Pequeños fragmentos de eternidad
Pequeñas frases sueltas de una oscura sentencia
Un nido de víboras en el torbellino de un sueño
Enrique Molina, Buenos Aires, 1910-1997
en Enrique Molina, Obra poética, Obras Completas, Tomo II, Corregidor, Buenos Aires, 1987
Imagen: s/d
sábado, mayo 08, 2010
hugo padeletti. cada uno en el riesgo y otros poemas
Lluvia de invierno, lenta, larga,
y en el centro esta llama
ávida.
Ceden
los garfios.
Asumir
esta compasión ávida
que no es de mí mismo.
Se malquieren
el deseo y las cosas,
pero paran aquí,
en esta calma
desvelada.
‘Como estatua en sí misma
Santayana
la austeridad es hermosa.
Por eso la admiro en los otros.
Pero es contraria a la experiencia.’
¿No es forzar por mutilación
lo que se entrega por desilusión?
‘Arrancarse el ojo culpable
que nos enfrenta a la belleza’
no es extirpar la maleza.
Quitar la culpa
y aguzar el ojo.
Si con plena conciencia tuviera que volver
para otra experiencia,
buscaría una gruta.
triunfal o con la fruta
del Edén?
Encerrarse, descubro,
es un modo de abrirse.
Puerta estrecha,
puerta sin puerta.
Cada uno en el riesgo
de su rama
madura cada hora.
Cada fruto
se pudre, cada oscura
semilla es
la de otra.
Cada uno en el riesgo
de su peso
toca fondo.
Cada extrema caída es
la de otro.
O el giro
de la noria
o el silencio del pozo.
Hugo Padeletti
en Hugo Padeletti, Poemas, 1960-1980, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 1989
imagen: Kathryn Michelle
jueves, mayo 06, 2010
no me doblegaré
El vagabundo
Dadme la vida que amo,
dejad que el resto pase,
dadme el alegre cielo sobre mí
y la senda cercana.
Cama en la espesura con estrellas que mirar,
pan que mojar en el río—
esa la vida para un hombre como yo,
esa es la vida para siempre.
Dejad que el golpe caiga tarde o temprano,
dejad que sea lo que deba ser;
dadme la faz de la tierra en derredor
y el camino delante de mí.
No busco riqueza, ni espero amor;
ni que un amigo me reconozca;
todo lo que quiero es el cielo sobre mí
y la carretera bajo mis pies.
O dejad que el otoño caiga sobre mí
cuando me demoro lejos del camino,
silenciando el pájaro en el árbol,
y mordiendo la mano amoratada.
El campo helado blanco como la harina—
acogedor el refugio del hogar—
¡No me doblegaré ante el otoño,
ni tampoco ante el invierno!
Dejad que el golpe caiga tarde o temprano,
dejad que sea lo que deba ser;
dadme la faz de la tierra en derredor,
y el camino delante de mí.
No busco riqueza, ni espero amor;
ni a un amigo que me reconozca;
todo lo que quiero es el cielo sobre mí
y la carretera bajo de mis pies.
Robert Louis Stevenson, Edimburgo, 1850- Upolu, 1894
Versión © Silvia Camerotto
The Vagabond
Give to me the life I love,
Let the lave go by me,
Give the jolly heaven above
And the byway nigh me.
Bed in the bush with stars to see,
Bread I dip in the river —
There's the life for a man like me,
There's the life for ever.
Let the blow fall soon or late,
Let what will be o'er me;
Give the face of earth around
And the road before me.
Wealth I seek not, hope nor love,
Nor a friend to know me;
All I seek, the heaven above
And the road below me.
Or let autumn fall on me
Where afield I linger,
Silencing the bird on tree,
Biting the blue finger.
White as meal the frosty field —
Warm the fireside haven —
Not to autumn will I yield,
Not to winter even!
Let the blow fall soon or late,
Let what will be o'er me;
Give the face of earth around,
And the road before me.
Wealth I ask not, hope nor love,
Nor a friend to know me;
All I ask, the heaven above
And the road below me.
NdeT: Poema perteneciente a Songs of Travel and Other Verses, publicado en 1896.
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