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II.
El otro
Reino de dos hornallas y azulejos.
Calamares y fermentos de sartenes mugrientas.
Platos que se confunden con el hule descolorido.
Pan con hombre. ¡Alabado seas!
Que no nazca del agua y del espíritu el muerto asomando al vacío.
La remoción concluye en el patio del primer piso y los
vecinos escuchan la Grosse fugue.
Éso se llama perseverancia, decís, con la ventana abierta
mientras mirás a la chica que estudia medicina.
Un pie de barro y otro de hierro.
Después del sueño de Nabucodonosor,
el arco perimetral es rodeado por grandes murallas.
Altura y resistencia de los restos de la estatua.
Sartenes mugrientas.
No temas, seguirá siendo el pulverizado reino.
De la cama al trabajo y del trabajo, cada uno a su casa.
silvia camerotto, lomas de zamora, 1959
inédito
2 comentarios:
triste y bello,
pero es así
así
y me da el valor
gracias,saludos
yamana
Excelente
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