viernes, julio 10, 2009

i offer you the loyalty of a man


Dos poemas ingleses

I
El amanecer inútil me encuentra en una esquina desierta;
he sobrevivido la noche.
Las noches son olas orgullosas: pesadas olas azuloscuro cargadas con todos los matices de profundo despojo, cargadas de cosas improbables y deseables.
Las noches tienen un hábito de misteriosos regalos y rechazos, de cosas regaladas a medias, retenidas a medias, de gozos con un hemisferio oscuro. Las noches
actúan de esa forma, te lo digo.
El oleaje, esa noche, me dejó los acostumbrados retazos y finales sueltos:
amigos odiados con quienes hablar, música para los sueños
y el humo de cenizas amargas. Las cosas para las que mi corazón hambriento
no tiene uso.
La gran ola te trajo.
Palabras, cualquier palabra, tu risa; y tú, tan indolente e incesantemente bella.
Hablamos y habías olvidado las palabras.
El tembloroso amanecer me encuentra en una esquina desierta de mi ciudad.
Tu perfil de espaldas, los sonidos que se unen para formar tu nombre,
la cadencia de tu risa: estos son los ilustres juguetes
que me dejaste.
Los doy vueltas en el amanecer, los pierdo, los encuentro; se los digo
a los pocos perros extraviados y a las pocas estrellas extraviadas
del amanecer.
Tu oscura rica vida…
Tengo que alcanzarte, de algún modo; aparto esos ilustres juguetes
que me has dejado, quiero tu mirada oculta, tu sonrisa real
– esa solitaria burlona sonrisa que tu frío espejo conoce.


II
¿Con qué puedo retenerte?
Te ofrezco calles magras, atardeceres desesperados, la luna de los suburbios harapientos.
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado largamente a la luna solitaria.
Te ofrezco mis antepasados, mis hombres muertos, los fantasmas que los hombres vivos han honrado en mármol: el padre de mi padre muerto en la frontera de Buenos Aires, dos balas a través de sus pulmones, barbudo y muerto, envuelto por sus soldados en el cuero de una vaca; el abuelo de mi madre –solo veinticuatro- encabezando una carga de trescientos hombres en Perú, ahora fantasmas en caballos desvanecidos.
Te ofrezco cualquier intuición que mis libros puedan contener, cualquier hombría, cualquier humor en mi vida.
Te ofrezco la lealtad de un hombre que nunca fue leal.
Te ofrezco ese núcleo de mi mismo que he salvado, de algún modo – el corazón central que no negocia en palabras, no trafica con sueños y está intocado por el tiempo, las alegrías y las adversidades.
Te ofrezco la memoria de una rosa amarilla vista al atardecer, años antes de que nacieras.
Te ofrezco explicaciones de ti, teorías acerca de ti, auténticas y sorprendentes nuevas de ti.
Puedo darte mi soledad, mi oscuridad, el hambre de mi corazón, estoy tratando de sobornarte con incertidumbre, con peligro, con derrota.

Jorge Luis Borges, 1934.
Buenos Aires, 1899- Ginebra,1986
versión de Sonia Bello
imagen: Sandra Bierman

Two English Poems

I
The useless dawn finds me in a deserted street-
corner; I have outlived the night.
Nights are proud waves; darkblue topheavy waves
laden with all the hues of deep spoil, laden with
things unlikely and desirable.
Nights have a habit of mysterious gifts and refusals,
of things half given away, half withheld,
of joys with a dark hemisphere. Nights act
that way, I tell you.
The surge, that night, left me the customary shreds
and odd ends: some hated friends to chat
with, music for dreams, and the smoking of
bitter ashes. The things my hungry heart
has no use for.
The big wave brought you.
Words, any words, your laughter; and you so lazily
and incessantly beautiful. We talked and you
have forgotten the words.
The shattering dawn finds me in a deserted street
of my city.
Your profile turned away, the sounds that go to
make your name, the lilt of your laughter:
these are illustrious toys you have left me.
I turn them over in the dawn, I lose them, I find
them; I tell them to the few stray dogs and
to the few stray stars of the dawn.
Your dark rich life ...
I must get at you, somehow; I put away those
illustrious toys you have left me, I want your
hidden look, your real smile -- that lonely,
mocking smile your cool mirror knows.
II

What can I hold you with?
I offer you lean streets, desperate sunsets, the
moon of the ragged suburbs.
I offer you the bitterness of a man who has looked
long and long at the lonely moon.
I offer you my ancestors, my dead men, the ghosts
that living men have honoured in marble:
my father's father killed in the frontier of
Buenos Aires, two bullets through his lungs,
bearded and dead, wrapped by his soldiers in
the hide of a cow; my mother's grandfather
--just twentyfour-- heading a charge of
three hundred men in Peru, now ghosts on
vanished horses.
I offer you whatever insight my books may hold,
whatever manliness or humour my life.
I offer you the loyalty of a man who has never
been loyal.
I offer you that kernel of myself that I have saved,
somehow --the central heart that deals not
in words, traffics not with dreams, and is
untouched by time, by joy, by adversities.
I offer you the memory of a yellow rose seen at
sunset, years before you were born.
I offer you explanations of yourself, theories about
yourself, authentic and surprising news of
yourself.
I can give you my loneliness, my darkness, the
hunger of my heart; I am trying to bribe you
with uncertainty, with danger, with defeat.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

borges apasionado, se ve que cambia el tono algo respecto a sus poemas en español, el idioma trae consigo otro tono

silvia camerotto dijo...

seguramente, la lengua comporta funciones antitéticas. imagino, en este caso, liberadoras.

meridiana dijo...

este poema tiene la palabra precisa para esta mañana

o, tal vez, bellamente imprecisa...


liliana