lunes, abril 24, 2017

jacek gutorow. slur



Denigración

El problema con los límites: en un abrir y cerrar de ojos una docena de cuervos
pierde su individualidad y se convierte en bandada. Como ahora:
segundos gastados desaparecen en cuartos de hora
que trasladan su valor al recuento de la tarde.
El tiempo fluye y el espacio no es mucho peor:
la bandada de cuervos corta el cielo en diagonal.
Como si un nuevo continente emergiera
para recibir a medio camino a los cartógrafos nacientes
y a sus sueños. Tarde o temprano la bandada se dividirá
en pájaros. El mar romperá en olas.
Las olas en gotas. Una tarde afable podrá ser calculada
como el grano cosechado. La habitación se parecerá
a un reloj sin agujas.

Jacek Gutorow, Grodkow, 1970

Slur

The problem with boundaries: in the blink of an eye a dozen crows
lose their individuality and become a flock. Same as now:
frayed seconds disappear into quarters
that transfer their worth into the afternoon’s account.
Time flows but space isn’t any worse:
the flock of crows cuts the sky diagonally.
It’s as if a new continent were emerging
to greet halfway the nascent cartographers
and their dreams. Sooner or later the flock will break up
into birds. The sea will crumble into waves.
The waves into drops. A delicate afternoon will be calculable
like harvested grain. The room will resemble
a clock without hands.


lunes, abril 03, 2017

yevgueni aleksándrovich yevtushenko. el ajedrez de méxico



El ajedrez de México

El sol amodorrado.
El polvo amodorrado se derrumba por el camino.
El tañido amodorrado del espejismo.
El gemido amodorrado de un buey.
Flotan bamboleándose con modorra
un sombrero y otro sombrero;
el primer peón,
el segundo peón,
el tercer peón.

En castellano el peón es el campesino más pobre.
Y es también
la figura más pequeña del ajedrez.
Sacrificar al peón es una ley de todos los partidos.
El triste ajedrez de América Latina
es una burla amarga para ustedes:
primer peón,
segundo peón,
tercer peón.

Los pedacitos de la tierra campesina
son las casillas de este tablero tan cruel.
Con ustedes, los héroes del machete,
juegan desde los tiempos más lejanos
las manos sucias que no huelen nunca
como huele el mango salado del machete.
Juegan con el primer peón,
con el segundo peón,
con el tercer peón.

¡Qué lástima, señores socios del ajedrecismo político,
que este tablero no sea liso!
¡Sería magnífico nivelar estas incómodas montañas!
¡No dejan jugar!
¡Afuera estas torpes palmas y estas cabañas!
Y la muerte mete en su sombrero,
brillante por fuera, pero negro por dentro,
los mete a ustedes:
el primer peón,
el segundo peón,
el tercer peón.

¡Traición, hermanos peones!
¡Quitaron del tablero a Emiliano Zapata y Pancho Villa!
El peón que cumplió su papel
no es necesario para los señores ajedrecistas.
Nos sacan a todos del tablero
o el puño de hierro,
o -dos dedos, tan tiernos,
quitan al primer peón,
al segundo peón,
al tercer peón.

Cuántos peones cayeron
sin cantar hasta el fin La cucaracha.
Ellos no se convirtieron en reyes.
¡Las patadas son tan duras!
Pero dentro de los muertos
se ocultan los reyes,
asesinados en los peones;
en el primer peón,
en el segundo peón,
en el tercer peón.

¿Cuándo cambiaremos las reglas
de este maldito juego?
¿Cuándo?
La respuesta es como machete en su vaina.
¿Cuándo cambiaremos las reglas?
Contestadme;
el primer peón,
el segundo peón,
el tercer peón…

¡Viva el quinto peón!

Yevgueni Aleksándrovich Yevtushenko, Nizhneúdinsk, Rusia, 1932-2017
Versión de Rafael Alberti y Marìa Teresa de León