domingo, octubre 31, 2010
la trama ardiente de dos lenguas
La aventura
Latido a latido
Busco mi expresión
Sucesos de tiempo insomne que retornan
Y la pobre María crece con los nudos de la madera
Al pie del ciprés
Donde la hierba le lava los labios
Entre la orgía de la niebla
Radiante de olvido y de servidumbre
Sin ni siquiera un pájaro en su sueño
Sin embargo
Tantas gentes se aferran a sus muertos
Como si fuera la único que conservaran
De sus vidas y las hojas centelleantes
De los bananos en la carretera polvorienta
A través de los médanos
Sumergido para siempre en la ola
De su pelo caliente de su cuerpo desnudo
He corrido una tierra furtiva
Donde tales mujeres reverberan
Fiebres costumbres enfermedades de la memoria
La llamarada
Que disuelve mi corazón y habito extrañamente
Un reseco lugar vestimentas y muebles
A punto de ser degollados temblorosamente reunidos
Con la ciudad en todas direcciones
Pero quizás resucite entre esas piernas queridas
Abriéndose bajo la tierra y ahora
Buscando mi idioma
Rescate sólo una blanca llanura a lo largo de una espalda donde el deseo irisa sus perlas sin fin
Apenas una nube una caricia
Un golpe de ola en una piedra
Un tambor de ataúd lleno de polvo
O cualquier sitio donde estuve
-¡El inconstante!-
Perezosamente tirado al sol del desorden
Un idioma de garfios
Palabras de espejo ante la boca para saber si he muerto
Vocablos de cópula
Siempre de cosas que huyen
Siempre lugares dilatándose fuera de todo lazo
Y ella habita su fortuna de piedras
Balanceada por la tormenta
Irradia en las grandes savias de su salud tenebrosa
Y la antigua pradera de crines con mi alma
Tras sus rejas de infancia
Introduciéndose
Lentamente en el centro de la tierra
El ávido paraíso de la pornografía
Cuerpos imaginarios y extranguladores
En páginas lascivas
Hasta entrever las zarpas el corazón volcánico
De esas otras: Temporada
Los Cantos Justina de las que emana
Tal comunión de fuego
Tal espléndido orgullo más allá de la muerte
Deslizándome furtivamente en la oscuridad
Hasta la gigantesca aparición iluminada por la luna en su cuarto de sirvienta
Con los senos desnudos
Brillantes de saliva y de un pan salvaje
Para mi mano posada por primera vez sobre el vello de un vientre de mujer
Y después
Hasta en la misma tumba donde ella canta
Recojo una palabra una gota de lluvia
Una dádiva de locura
Idiomas insaciables
La trama ardiente de dos lenguas
Tantos altares de abismo en ojos entrecerrados
Una serpiente humeante
Soledad de pasión y bocas que destilan
La incertidumbre de haber estado aquí o en sueños
Y todo ello
Recobro una miel un grito una desgarradura
De cosas adorables y busco
Mi expresión:
Trato de hablar y de comunicarme.
Enrique Molina, Buenos Aires, 1910-1997
en Las Bellas Furias, Losada, Buenos Aires, 1966
imagen: Phillip Pearlstein
viernes, octubre 29, 2010
KAOS COMPARTIDO:: CUERPOS POSIBLES
DANZA +TEATRO + MÚSICA + POESÍA
29 de octubre 21.30hs
Centro Nacional de la Música, Mexico 564
Entrada libre y gratuita
Idea y dirección: Luis Della Mea
Concepto: Luis Della Mea, Javier Galarza
En escena: Mari Flønes, Viviana Vazquez, Elina Rodriguez, Marianne Kjærsund, Pol Neiman, Javier Galarza y Luis Della Mea
Textos: Javier Galarza
Música: Laura Pizzarelli, Pol Neiman, Luis Della Mea
Vestuario y estenografía: Bente Skille
Video: Bente Skille, Victor Kesselman, Luis Della Mea
Diseño de luces: Santiago Botet
Traducción: Silvia Camerotto
Producción en Argentina: Marlene Nordlinger
Coproducido por: Teaterhuset Avantgarden, Trondheim, Noruega
Subsidiado por: Norskkulturråd, Fond for Utøvende Kunstner, DansiT (Noruega)
www.kaoscompartido.blogspot.com
jueves, octubre 28, 2010
antonio machado. selección
XIV
Cante hondo
Lo meditaba absorto, devanando
los hilos del hastío y la tristeza,
cuando llegó a mi oído,
por la ventana de mi estancia, abierta
a una caliente noche de verano,
el plañir de una copla soñolienta,
quebrada por los trémolos sombríos
de las músicas magas de mi tierra.
... Y era el amor, como una roja llama...
-Nerviosa mano en la vibrante cuerda
ponía un largo suspirar de oro,
que se trocaba en surtidor de estrellas-.
... Y era la Muerte, al hombro la cuchilla,
el paso largo, torva y esquelética.
-Tal cuando yo era niño soñaba-.
Y en la guitarra, resonante y trémula,
la brusca mano, al golpear, fingía
el reposar de un ataúd en tierra.
Y era un plañido solitario el soplo
que el polvo barre y la ceniza avienta.
de Soledades (1899-1907)
XLII
La vida hoy tiene ritmo
de ondas que pasan,
de olitas temblorosas
que fluyen y se alcanzan.
La vida hoy tiene el ritmo de los ríos,
la risa de las aguas
que entre los verdes junquerales corren
y entre las verdes cañas.
Sueño florido lleva el manso viento;
bulle la savia joven en las nuevas ramas;
tiemblan alas y frondas,
y la mirada sagital del águila
no encuentra presa... Treme el campo en sueños,
vibra el sol como un arpa.
¡Fugitiva ilusión de ojos guerreros,
que por las selvas pasas
a la hora del cenit: tiemble en mi pecho
el oro de tu aljaba!
En tus labios florece la alegría
de los campos en flor; tu veste alada
aroman las primera velloritas,
las violetas perfuman tus sandalias.
Yo he seguido tus pasos en el viejo bosque,
arrebatados tras la corza rápida,
y los ágiles músculos rosados
de tus piernas silvestres entre verdes ramas.
¡Pasajera ilusión de ojos guerreros
que por las selvas pasas
cuando la tierra reverdece y ríen
los ríos de las cañas!
¡Tiemble en mi pecho el oro
que llevas en tu aljaba!
de Soledades (1899- 1907)
Antonio Machado, Sevilla, 1875- Collioure, 1939
en Antonio Machado, Obras Completas, Tomo I, Losada, Buenos Aires, 1997
imagen: René Magritte, La victoire
miércoles, octubre 20, 2010
mi razón verdadera
Cuando pienso cómo se consume mi luz
Cuando pienso cómo se consume mi luz,
en este mundo grande y oscuro, frente a la mitad de mis días
y ese talento único que ocultará la muerte
guardado en mí inútilmente, aunque mi alma se incline más
a servir a mi Creador y exponga
mi razón verdadera, no sea que Él me censure otra vez;
“¿Acaso Dios, negada la luz, reclama la jornada?”
pregunto ingenuo. Pero la Paciencia, para evitar esa
duda, responde rauda: “Dios no necesita
ni el trabajo del hombre ni Sus dones. Quienes mejor
soportan Su dulce yugo, le sirven mejor. Su mandato
es rey: miles corren a Su llamado,
Y se aventuran por mar y tierra sin tregua;
también sirven aquellos que solo se detienen y esperan”.
John Milton, Londres, 1608 - 1674
Versión © Silvia Camerotto
imagen: s/d
When I consider how my light is spent
When I consider how my light is spent,
Ere half my days in this dark world and wide,
And that one talent which is death to hide
Lodged with me useless, though my soul more bent
To serve therewith my Maker, and present
My true account, lest He returning chide;
"Doth God exact day-labor, light denied?"
I fondly ask. But Patience, to prevent
That murmur, soon replies, "God doth not need
Either man's work or His own gifts. Who best
Bear His mild yoke, they serve Him best. His state
Is kingly: thousands at His bidding speed,
And post o'er land and ocean without rest;
They also serve who only stand and wait."
domingo, octubre 10, 2010
t. s. eliot. miércoles de ceniza (II)
Miércoles de ceniza (segunda entrega)
IV
Quien caminó entre el violeta y el violeta
Quien caminó entre
Las muchas gamas de variedades del verde
Yendo del blanco al azul, el color de María,
Hablando de cosas triviales
Ignorante y a sabiendas del dolor eterno
Quien se movía entre los otros mientras ellos caminaban,
Quien luego fortaleció las fuentes y reanimó los manantiales
Enfrió la roca seca y afirmó la arena
El azul del albarraz, el azul de María,
Sovegna vos
Aquí en medio están los años que pasan, quitando
Los violines y las flautas, restituyendo
A aquel que se mueve en el tiempo entre el dormir y el despertar, llevando
Sobre ella una blanca luz apretada, envolvente, apretada.
Los nuevos años pasan, restituyendo
A través de una blanca nube de lágrimas, restituyendo
En un verso nuevo la antigua rima. Redime
El tiempo. Redime
La visión no leída en el sueño supremo
Mientras unicornios enjoyados arrastran el dorado carro fúnebre.
La hermana silenciosa con su velo azul y blanco
Entre los tejos, detrás del dios del jardín,
Con su flauta sin aliento, inclinó la cabeza y dio una señal pero no habló una palabra
Pero la fuente brotó y el pájaro cantó
Redime el tiempo, redime el sueño
La señal de la palabra no oída, no dicha
Hasta que el viento despierte mil susurros del tejo
Y después nuestro exilio
V
Si se pierde la palabra perdida, si se gasta la palabra gastada
Si la palabra no escuchada, la palabra
No dicha se dijera, no escuchada;
Aún así sería la palabra no dicha, la Palabra no escuchada,
La Palabra sin palabra, la Palabra en
El mundo para el mundo;
Y la luz brilló en la tinieblas y
Contra la Palabra el mundo inconstante aún giraba
En el centro de la Palabra callada.
Oh pueblo mío, ¿qué te he hecho?
¿Dónde encontraremos la palabra, dónde
Resonará? No aquí, no hay suficiente silencio
No en el mar o en las islas, no
En tierra firme, en el desierto o en las praderas,
Porque aquellos que caminan en las tinieblas
Así en el día como en la noche
El tiempo justo y el lugar correcto no son estos
Ni el lugar de gracia para aquellos que huyen del rostro
Ni el tiempo para el regocijo de aquellos que caminan entre el ruido y niegan la voz
¿Rogará, la hermana del velo, por
Aquellos que caminan en las tinieblas, que te han elegido y te han negado,
Aquellos cuyas cabezas están escindidas entre estación y estación,
Tiempo y tiempo, entre
Hora y hora, palabra y palabra, poder y poder, aquellos que esperan
En las tinieblas? ¿Rogará la hermana del velo
Por los niños en el limbo
Que no se irán y que no pueden rezar:
Ruega por aquellos que aceptaron y niegan
Oh pueblo mío ¿qué te he hecho?
¿Rogará la hermana con el velo entre los árboles de tejo
Esbeltos por aquellos que la ofenden
Y ahora temen y no pueden rendirse
Y aceptar ante el mundo y negar entre las rocas
En el último desierto entre las últimas rocas azules
El desierto en el jardín el jardín en el desierto
De sequía, escupiendo la semilla de la manzana seca?
VI
Porque no espero volver otra vez
Porque no espero
Porque no espero volver
Dudando entre la ganancia y la pérdida
En este breve tránsito donde los sueños se cruzan
Crepúsculo cruzado por el sueño entre el nacimiento y la muerte
(Bendíceme padre) aunque no espero esperar estas cosas
Desde el ventanal que mira hacia la costa de granito
El velamen blanco aún vuela hacia el mar, hacia el mar
Alas incólumes
Y el corazón perdido se endurece y se regocija
En las lilas perdidas y en la voces perdidas del mar
Y el espíritu débil se apura a rebelarse
Por la vara dorada, doblada y el olor perdido del mar
Se apura a recuperar
El grito de la codorniz y del chorlito que vuela en círculos
Y el ojo ciego crea
Formas vacías entre las puertas de marfil
Y el olor renueva el sabor salado de la tierra arenosa
Este es el tiempo límite entre morir y nacer
El lugar de soledad donde tres sueños cruzan
Entre las rocas azules
Pero cuando las voces que despiertan del tejo huyen
Deja que otros tejos sean sacudidos y respondan.
Bendita hermana, madre santa, espíritu de la fuente, espíritu del jardín,
No dejes que nos burlemos uno al otro con falsedad
Enséñanos a estar concernidos y a no estarlo
Enséñanos a permanecer tranquilos
Aún entre estas rocas,
Que la paz sea Su voluntad
Y aún entre estas rocas
Hermana, madre
Y espíritu del río, espíritu del mar,
No permitas que me aparte
Deja que mi clamor llegue a Tí.
T.S. Eliot, St. Louis, Missouri, 1888 - Londres, 1965)
Versión © Silvia Camerotto
imagen: Witold Wojtkiewicz, Meditations. Ash Wednesday
Ash Wednesday 2
IV
Who walked between the violet and the violet
Whe walked between
The various ranks of varied green
Going in white and blue, in Mary's colour,
Talking of trivial things
In ignorance and knowledge of eternal dolour
Who moved among the others as they walked,
Who then made strong the fountains and made fresh the springs
Made cool the dry rock and made firm the sand
In blue of larkspur, blue of Mary's colour,
Sovegna vos
Here are the years that walk between, bearing
Away the fiddles and the flutes, restoring
One who moves in the time between sleep and waking, wearing
White light folded, sheathing about her, folded.
The new years walk, restoring
Through a bright cloud of tears, the years, restoring
With a new verse the ancient rhyme. Redeem
The time. Redeem
The unread vision in the higher dream
While jewelled unicorns draw by the gilded hearse.
The silent sister veiled in white and blue
Between the yews, behind the garden god,
Whose flute is breathless, bent her head and signed but spoke
no word
But the fountain sprang up and the bird sang down
Redeem the time, redeem the dream
The token of the word unheard, unspoken
Till the wind shake a thousand whispers from the yew
And after this our exile
V
If the lost word is lost, if the spent word is spent
If the unheard, unspoken
Word is unspoken, unheard;
Still is the unspoken word, the Word unheard,
The Word without a word, the Word within
The world and for the world;
And the light shone in darkness and
Against the Word the unstilled world still whirled
About the centre of the silent Word.
O my people, what have I done unto thee.
Where shall the word be found, where will the word
Resound? Not here, there is not enough silence
Not on the sea or on the islands, not
On the mainland, in the desert or the rain land,
For those who walk in darkness
Both in the day time and in the night time
The right time and the right place are not here
No place of grace for those who avoid the face
No time to rejoice for those who walk among noise and deny
the voice
Will the veiled sister pray for
Those who walk in darkness, who chose thee and oppose thee,
Those who are torn on the horn between season and season,
time and time, between
Hour and hour, word and word, power and power, those who wait
In darkness? Will the veiled sister pray
For children at the gate
Who will not go away and cannot pray:
Pray for those who chose and oppose
O my people, what have I done unto thee.
Will the veiled sister between the slender
Yew trees pray for those who offend her
And are terrified and cannot surrender
And affirm before the world and deny between the rocks
In the last desert before the last blue rocks
The desert in the garden the garden in the desert
Of drouth, spitting from the mouth the withered apple-seed.
O my people.
VI
Although I do not hope to turn again
Although I do not hope
Although I do not hope to turn
Wavering between the profit and the loss
In this brief transit where the dreams cross
The dreamcrossed twilight between birth and dying
(Bless me father) though I do not wish to wish these things
From the wide window towards the granite shore
The white sails still fly seaward, seaward flying
Unbroken wings
And the lost heart stiffens and rejoices
In the lost lilac and the lost sea voices
And the weak spirit quickens to rebel
For the bent golden-rod and the lost sea smell
Quickens to recover
The cry of quail and the whirling plover
And the blind eye creates
The empty forms between the ivory gates
And smell renews the salt savour of the sandy earth
This is the time of tension between dying and birth
The place of solitude where three dreams cross
Between blue rocks
But when the voices shaken from the yew-tree drift away
Let the other yew be shaken and reply.
Blessèd sister, holy mother, spirit of the fountain, spirit
of the garden,
Suffer us not to mock ourselves with falsehood
Teach us to care and not to care
Teach us to sit still
Even among these rocks,
Our peace in His will
And even among these rocks
Sister, mother
And spirit of the river, spirit of the sea,
Suffer me not to be separated
And let my cry come unto Thee.
sábado, octubre 09, 2010
t. s. eliot. miércoles de ceniza (I)
Miércoles de ceniza (Primera entrega)
I
Porque no espero volver otra vez
Porque no espero
Porque no espero volver
A desear el don de este hombre y el alcance de aquél
Ya no me esfuerzo por esforzarme en alcanzar cosas como esas
(¿Por qué extiende sus alas el águila vieja?)
¿Por qué debo lamentar
El esfumado poder del reino cotidiano?
Porque no espero saber
Acerca de la débil gloria de la hora feliz
Porque no creo
Porque sé que no sabré
del único verdadero poder transitorio
Porque no puedo beber
Allí, donde los árboles florecen, y los manantiales fluyen, porque
No hay nada otra vez
Porque sé que el tiempo es siempre tiempo
Y el lugar es siempre y solo lugar
Y lo que es real es real solo por un tiempo
Y solo en un lugar
Me alegro de que las cosas sean como son y
Renuncio al rostro bendito
Y renuncio a la voz
Porque no puedo esperar volver otra vez
En consecuencia me alegro de tener que construir algo
Por lo que alegrarme
Y ruego a Dios que tenga piedad de nosotros
Y ruego que pueda olvidar
Estas cuestiones que tanto discuto conmigo
Que tanto explico
Porque no espero volver otra vez
Y dejar que estas palabras respondan
Por lo hecho, que no se haga otra vez
Que el juicio no nos sea demasiado duro
Porque estas alas ya no son alas para volar
Sino élitros que agitan el aire
El aire ahora es completamente escaso y seco
Más escaso y seco que la voluntad
Enséñanos a estar concernidos y a no estarlo
Enséñanos a permanecer tranquilos.
Ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte
Ruega por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte.
II
Señora, tres leopardos blancos se sentaron bajo un enebro
A la fresca del día, habiéndose alimentado hasta saciarse
De mis piernas mi corazón mi hígado y de aquello que habían
Contenido
En la hueca esfera de mi cráneo. Y Dios dijo
¿Han de vivir estos huesos? ¿Han de vivir
Estos huesos? Y aquello que habían contenido
En los huesos (que ya estaban secos) dijo gorjeando:
Por la bondad de esta Señora
Y por su belleza, y porque
Ella honra a la Virgen en meditación,
Brillamos relucientes. Y yo que estoy aquí disfrazado
Ofrezco mis actos al olvido, y mi amor
A la posteridad del desierto y al fruto de la calabaza.
Esto es lo que reestablece
Mi coraje los nervios de mis ojos y las indigeribles porciones
Que los leopardos rechazan. La Señora se retira
En un traje blanco, a la contemplación, en un traje blanco.
Deja que la blancura de los huesos a tono con el olvido.
No hay vida en ellos. Como estoy olvidado
Y seré olvidado, los olvidaré a ustedes
Devotos, concentrados en el propósito. Y Dios dijo
Profetiza al viento, solo al viento porque solo
El viento escuchará. Y los huesos cantaban gorjeando
Con el peso del saltamontes, diciendo
Señora de los silencios
Tranquila y angustiada
Desgarrada e íntegra
Rosa de la memoria
Rosa del olvido
Exhausta y dadora de vida
Tensa y relajada
La única Rosa
Es ahora el Jardín
Donde todo amor termina
Termina el tormento
Del amor insatisfecho
El tormento mayor
Del amor satisfecho
El final del viaje sin fin
A ningún destino
Conclusión de todo lo
Que no concluye
Lengua sin palabra y
Palabra sin lengua
Gracia a la Madre
Por el Jardín
Donde todo amor termina.
Los huesos cantaban bajo el enebro, dispersos y brillando
Estamos felices de estar dispersos, fue poco el bien que nos hicimos
Uno al otro,
Bajo el árbol a la fresca del día, con la bendición de la arena,
Olvidándose a sí mismos y uno al otro, unidos
En el silencio del desierto. Esta es la tierra que
Dividirás en parcelas. Y ni la división ni la unión
Importan. Esta es la tierra. Tenemos nuestra herencia.
III
En el primer rellano de la segunda escalera
Me di vuelta y abajo vi
La misma forma retorcida sobre la baranda
Bajo el vapor del aire fétido
Luchando con el demonio de las escaleras que lleva
El engañoso rostro de esperanza y desesperación.
En el segundo rellano de la segunda escalera
Los deje retorciéndose, enroscándose debajo;
No había más rostros y la escalera estaba oscura,
Húmeda y dentada como la boca de un viejo babeándose, sin remedio,
O las fauces dentadas de un tiburón viejo.
En el primer rellano de la tercera escalera
Una ventana con ranuras panzona como el fruto de un higo
Y debajo del brote de espino y una escena pastoril
La figura de espalda ancha vestida en azul y verde
Encantaba el mes de mayo con una flauta antigua.
El cabello que se agita es dulce, el cabello castaño que se agita sobre la boca,
Lila y cabello castaño;
Distracción, música de flauta, se detiene y transporta la mente
A la tercera escalera,
Apagándose, apagándose; la fuerza más allá de la esperanza y la desesperación
Subiendo la tercera escalera.
Señor, yo no soy digno
Señor, yo no soy digno
Pero una palabra tuya bastará.
T.S. Eliot, St. Louis, Missouri, 1888 - Londres, 1965
Versión © Silvia Camerotto, in memorian Vicente, un oculista de barrio, un hombre común.
Ash Wednesday
I
Because I do not hope to turn again
Because I do not hope
Because I do not hope to turn
Desiring this man's gift and that man's scope
I no longer strive to strive towards such things
(Why should the agèd eagle stretch its wings?)
Why should I mourn
The vanished power of the usual reign?
Because I do not hope to know
The infirm glory of the positive hour
Because I do not think
Because I know I shall not know
The one veritable transitory power
Because I cannot drink
There, where trees flower, and springs flow, for there is
nothing again
Because I know that time is always time
And place is always and only place
And what is actual is actual only for one time
And only for one place
I rejoice that things are as they are and
I renounce the blessèd face
And renounce the voice
Because I cannot hope to turn again
Consequently I rejoice, having to construct something
Upon which to rejoice
And pray to God to have mercy upon us
And pray that I may forget
These matters that with myself I too much discuss
Too much explain
Because I do not hope to turn again
Let these words answer
For what is done, not to be done again
May the judgement not be too heavy upon us
Because these wings are no longer wings to fly
But merely vans to beat the air
The air which is now thoroughly small and dry
Smaller and dryer than the will
Teach us to care and not to care
Teach us to sit still.
Pray for us sinners now and at the hour of our death
Pray for us now and at the hour of our death.
II
Lady, three white leopards sat under a juniper-tree
In the cool of the day, having fed to sateity
On my legs my heart my liver and that which had been
contained
In the hollow round of my skull. And God said
Shall these bones live? shall these
Bones live? And that which had been contained
In the bones (which were already dry) said chirping:
Because of the goodness of this Lady
And because of her loveliness, and because
She honours the Virgin in meditation,
We shine with brightness. And I who am here dissembled
Proffer my deeds to oblivion, and my love
To the posterity of the desert and the fruit of the gourd.
It is this which recovers
My guts the strings of my eyes and the indigestible portions
Which the leopards reject. The Lady is withdrawn
In a white gown, to contemplation, in a white gown.
Let the whiteness of bones atone to forgetfulness.
There is no life in them. As I am forgotten
And would be forgotten, so I would forget
Thus devoted, concentrated in purpose. And God said
Prophesy to the wind, to the wind only for only
The wind will listen. And the bones sang chirping
With the burden of the grasshopper, saying
Lady of silences
Calm and distressed
Torn and most whole
Rose of memory
Rose of forgetfulness
Exhausted and life-giving
Worried reposeful
The single Rose
Is now the Garden
Where all loves end
Terminate torment
Of love unsatisfied
The greater torment
Of love satisfied
End of the endless
Journey to no end
Conclusion of all that
Is inconclusible
Speech without word and
Word of no speech
Grace to the Mother
For the Garden
Where all love ends.
Under a juniper-tree the bones sang, scattered and shining
We are glad to be scattered, we did little good to each
other,
Under a tree in the cool of day, with the blessing of sand,
Forgetting themselves and each other, united
In the quiet of the desert. This is the land which ye
Shall divide by lot. And neither division nor unity
Matters. This is the land. We have our inheritance.
III
At the first turning of the second stair
I turned and saw below
The same shape twisted on the banister
Under the vapour in the fetid air
Struggling with the devil of the stairs who wears
The deceitul face of hope and of despair.
At the second turning of the second stair
I left them twisting, turning below;
There were no more faces and the stair was dark,
Damp, jaggèd, like an old man's mouth drivelling, beyond
repair,
Or the toothed gullet of an agèd shark.
At the first turning of the third stair
Was a slotted window bellied like the figs's fruit
And beyond the hawthorn blossom and a pasture scene
The broadbacked figure drest in blue and green
Enchanted the maytime with an antique flute.
Blown hair is sweet, brown hair over the mouth blown,
Lilac and brown hair;
Distraction, music of the flute, stops and steps of the mind
over the third stair,
Fading, fading; strength beyond hope and despair
Climbing the third stair.
Lord, I am not worthy
Lord, I am not worthy
but speak the word only.
miércoles, octubre 06, 2010
rastrojo polvoriento de la prisión socrática
Acrópolis
El suave quem quam será Scops el búho
conjugación de sustantivos, línea de investigación,
rastrojo polvoriento de la prisión socrática
los laureles se cuartean como pergaminos al viento.
¿Quién camina aquí bajo el polvo violeta de la noche
junto la torre de los vientos y los relojes de agua?
Los cirios humean sobre ataúdes abiertos
sin duda los cántaros rotos un día deberán
revivir en el chorro del mármol que resuella
regresando silenciosamente otra vez, y otra vez
la primavera nueva se vacía como una vena
los niños no escupen el reflejo de sus rostros
pero abajo desde el zoco hirviente los olores indiferentes
de pan de orina de cocina de tinta
te dirán lo que piensan las razas hoscas
y entre las tumbas el tormento de las mandolinas
que confunden el sueño con matanzas
donde los extranjeros llegan como dioses somnolientos
apeándose al caer la noche en posadas desoladas.
Lawrence Durrell, Jalandhar, India1912 – Sommières, Francia, 1990
Versión © Silvia Camerotto
imagen: Erik Nasinnyk, Acropolis
Acropolis
The soft quem quam will be Scops the Owl
conjugation of nouns, a line of enquiry,
powdery stubble of the socratic prison
laurels crack like parchments in the wind.
Who walks here in the violet dust at night
by the tower of the winds and water-clocks?
Tapers smoke upon open coffins
surely the shattered pitchers must one day
revive in the gush of marble breathing up
call again softly, and again
the fresh spring empties like a vein
no children spit on their reflected faces
but from the blazing souk below the passive smells
bread urine cooking printing-ink
will tell you what the sullen races think
and among the tombs gnawing of mandolines
confounding sleep with carnage where
strangers arrive like sleepy gods
dismount at nightfall at desolate inns.
lunes, octubre 04, 2010
ese último resplandor
**
La caída del sol siempre es inquietante
teatral o callada,
pero más inquietante aún
es ese último resplandor desesperado
que convierte lo claro en herrumbre
cuando en el horizonte nada queda
de la pompa y clamor del sol poniente.
Qué difícil es aferrarse a esa luz, dibujada tensa y distinta,
esa alucinación de oscuridad que los hombres temen
se impone en el espacio
y termina de golpe
en el momento en que comprendemos su engaño,
como un sueño se rompe
en el momento que el durmiente sabe que está soñando.
Versión © silvia camerotto sobre versión de Thomas Di Giovanni
imagen: Jaison Cianelli
**
Sunset is always disturbing
Whether theatrical or muted,
But still more disturbing
is that last desperate glow
that turns the plain to rust
when on the horizon nothing is left
of the pomp and clamor of the setting sun.
How hard holding on to that light, so tautly drawn and different,
that hallucination which the human fear of the dark
imposes on space
and which ceases at once
the moment we realize its falsity,
the way a dream is broken
the moment the sleeper knows he is dreaming.
versión de Norman Thomas di Giovanni, 1933, Newton, Massachusetts sobre poema de Borges
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