miércoles, agosto 13, 2008

no fueron revolucionarios

divagues o no tanto

para iniciar mis divagues tomo el acápite del ensayo de Fruttero, La poesía de Baudelaire: «Si cabe alguna gloria en no ser comprendido, o en serlo muy poco, yo puedo decir sin vanidad que, por este pequeño libro, ya la he adquirido y merecido de un solo golpe. Jacques Crepet».
he leído, últimamente, eruditas opiniones de opinólogos escritores sobre el campo poético en la Argentina y, a decir verdad, me cansan. poco a poco, la tendencia a sintetizar incrementa la tendencia a analizar sintéticamente aquello que debería ser analizado en profundidad y con más de un conocimiento de causa. esto genera una dialéctica in-creada y artificial, que critica mucho pero no dice nada.
las generaciones poéticas en nuestro país han cambiado, evolucionado e incluso, involucionado. no abro juicios de valor, hablo de valores reales que no se alcanzan a discernir. abunda la superficie. demasiada superficie, quizá para alcanzar el sema implícito en la escritura. se rodea el texto, se trabaja en los aledaños, se destruye el real sentido revolucionario. no hay poesía sin connotación política. léase como mejor les plazca. no hay poesía sin revolución. también léase como les plazca.
estamos viviendo en la otra revolución, la de lo obvio y si no es obvio, no lo entiendo, entonces lo califico de medianía. digo/escribo lo obvio. casi una redundancia.
estoy generalizando y haciendo los particulares que competen.
si encuentro un muerto cada tanto, mientras camino por Corrientes y lo digo, estoy haciéndolo obvio. si digo/escribo tachos de basura, pasta, ladrillo. también digo lo obvio. me sostengo en una escritura versificada. escribo versitos. no trasciendo. no voy al fondo de la cuestión.
me pregunto cuánto nos falta, a nosotros, los que solo escribimos y que estamos lejos de ser llamados poetas, para lograr un verso, un solo verso de la magnitud de los que sí lo son.
porque ningún proceso coarta. ni procesos de reorganización nacional, ni de pérdidas, ni de desarraigos, ni de nada. los procesos iluminan. ningún proceso obstaculiza el pensamiento de un poeta, lo desarrolla.
además de seguir escribiendo hay que aprender a leer. debemos leer más. debemos leer todo el tiempo que nos sea posible.
y quisiera seguir escribiendo, pero me espera una pila gigante de exámenes por corregir. al menos, de esta forma, me saco un pedazo de entripado. a cada uno lo suyo. digo. a mí me importa un rabino... disculpen, un comino.

8 comentarios:

meridiana dijo...

Es Ud. valiente Sibila, habla de lo que se minimiza o peor se ensalza en los últimos tiempos y está bien que le importe un comino, es hora no?

las confrontaciones son muy pobres y llenas de esas chicanas que nunca van al fondo de la cuestión.

que nos pasó en los últimos años? (sí, paso el proceso militar, pasó Me...em, pasó de la Rúa, nos fuimos al carajo en el 2001) y eso dejó una huella en la escritura, cosa que tenía que pasar, pero justamente, si sucedió que entramos en la noche más oscura de nuestra historia, cómo no se pudo hacer con eso la poesía con la connotación política y revolucionaria que alguna vez sostuvieron poetas de la puta madre?
y por favor, no hablo de panfletos hablo de subvertir, de subversión, algo difícil de encontrar (aunque hay, hay) en versos sobre la Barbie por ejemplo.

es que estamos muy cool y nos falta, nos falta para lograr ese verso, pero miro, miro a mi alrededor, encuentro pequeños "gérmenes", dispuestos a contaminarlo todo para pararse en otro lugar.

Abrazo
Lilián

Cassandra Cross dijo...

Las palabras vertidas en discusiones siempre (SIEMPRE) deberían conducir a algo: una reflexión, un crecimiento, un hecho fundamental, una inspiración para alguno (uno, aunque más no fuera) de los espectadores involucrados. Si así no fuere, las palabras que se derrochan en una discusión son palabras pervertidas, perdidas, desperdiciadas.

Siempre haciéndome pensar, Sibila. Siempre haciendo que me cuestione cada palabra guardada, y cada escrita.

Saludos!

silvia camerotto dijo...

gracias, lilián. no estoy segura de que sea valentía. son maneras de pensar... algo así como 'trece modos de mirar un mirlo'.
abrazo.

silvia camerotto dijo...

se desperdician tantas palabras, cass... pero tantas.
usted piensa por sí misma, aunque está bueno esto de ser un atajo.
abrazo.

gabrielaa. dijo...

es el postmodernismo

pero se encuentran, las palabras. hay palabras que dicen.

y si no, volvemos a Urondo y Bignozzi- y se van todxs a cagar. manga de borregxs.

Anónimo dijo...

uff!
aprender a leer, leer todo el tiempo.
leer hasta el hartazgo...
leer y punto.

silvia camerotto dijo...

sí, gaba. es el postmodernismo.

silvia camerotto dijo...

leer, lala. y punto.