jueves, noviembre 29, 2007

ellos son nuestro dominio

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Entendimiento de los cuerpos



Los cuerpos se entienden
se abrazan
redimen
los cuerpos son algas flotando en la vida
lazos de viento en el crepúsculo

yo naufrago
me agoto
traduzco la noche y me calmo
entiendo tu cuerpo y adivino tu alma
perezco y abrazo la parte de olvido que integra tu vida

los cuerpos se entienden
más allá del dolor y la dicha
no mienten
no ocultan
arriesgan temblando
se entienden en juegos
en la ceniza del tiempo
ellos son nuestro dominio
el arcano que somos aquí
en esta frontera donde fuimos convocados

los cuerpos se enlazan por poder de vibración
se auscultan
se rozan
se pulen
se entregan
se aman
demuestran al mundo que el origen fue plegarse
fundir dos fuerzas contra el olvido.

maría del carmen suárez

sábado, noviembre 24, 2007

era hermosa en sus horizontes de huesos


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Ella



Ella daba dos pasos hacia delante
Daba dos pasos hacia atrás
El primer paso decía buenos días señor
El segundo paso decía buenos días señora
Y los otros decían cómo está la familia
Hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo


Ella llevaba una camisa ardiente
Ella tenía ojos de adormecedora de mares
Ella había escondido un sueño en un armario oscuro
Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza


Cuando ella llegaba dejaba una parte más hermosa muy lejos
Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla


Sus miradas estaban heridas y sangraban sobre la colina
Tenía los senos abiertos y cantaba las tinieblas de su edad
Era hermosa como un cielo bajo una paloma


Tenía una boca de acero
Y una bandera mortal dibujada entre los labios
Reía como el mar que siente carbones en su vientre
Como el mar cuando la luna se mira ahogarse
Como el mar que ha mordido todas las playas
El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos de abundancia
Cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas
Antes que el viento norte abra sus ojos
Era hermosa en sus horizontes de huesos
Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado
Como el cielo a caballo sobre las palomas

De Ver y palpar, 1941

vicente huidobro

viernes, noviembre 16, 2007

the only good fight there is

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roll the dice

if you’re going to try, go all the
way.
otherwise, don’t even start.
if you’re going to try, go all the
way.
this could mean losing girlfriends,
wives, relatives, jobs and
maybe your mind.
go all the way.
it could mean not eating for 3 or 4 days.
it could mean freezing on a
park bench.
it could mean jail,
it could mean derision,
mockery,
isolation.
isolation is the gift,
all the others are a test of your
endurance, of
how much you really want to
do it.
and you’ll do it
despite rejection and the worst odds
and it will be better than
anything else
you can imagine.
if you’re going to try,
go all the way.
there is no other feeling like
that.
you will be alone with the gods
and the nights will flame with
fire.
do it, do it, do it.
do it.
all the way
all the way.
you will ride life straight to
perfect laughter, its
the only good fight
there is.

charles bukowski

jueves, noviembre 15, 2007

la reina de waits

«escribo como quien con un cuchillo alzado en la oscuridad», alejandra pizarnik

regresa
están sucediendo cosas que verdaderamente
importan
sé que tus manos escriben esta noche
dijiste que no me gustaría
cuando decís loba
puedo ser tan sutil como
el pedazo de techo que va cayendo
de la escalera al baño
y del baño a la fiesta
estoy roleando el dice de tu cordura
vas a necesitar otro congreso de hermeneutas
brindemos
todo lo que no se conoce
desaparece.

silvia camerotto, lomas de zamora, 1959
inédito

miércoles, noviembre 14, 2007

no me otorgaré la redención

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Cadáver por la palabra persona por la gente

Por ejercer el miserable pecado de la jactancia
manejo huecas trascendencias
solitarias eternidades
o sea
escribo por escribir
a punto estuve de ser solemne
por escribir pierdo la vida
por mirar a esta gente descuento mis culpas
lejos de falsas jerarquías que engendran peste
a punto estuve de integrar una secta
ave de rapiña de voz de todos
no entenderé el mundo más que lo entendido por todos
no olvidaré en el final el principio
no creeré en el signo sobre los otros
menos en la luz única sobre mí
para que mi vida se cumpla
pierdo el tiempo en confidencias
para escapar al desierto de los elegidos
borraré toda arista que me distinga
para que mi lucha no sea legítimo derecho de soberbia
sólo reconoceré la voz de los que nunca llegarán
a cumbres de lucidez
torres de talento
verdugos de los demás
ceniza de vidas menores
escribo
no me otorgaré la redención.



juana bignozzi

domingo, noviembre 11, 2007

llaves


«...en el instante preciso, en el portal exacto donde tu sonrisa, tu pregunta, tu manera de ofrecer la llave de la noche sean exactamente halcón, festín, hartazgo». julio cortázar


las manos se apresuran.
digo lo que quiero decir.

viernes, noviembre 09, 2007

raúl gonzález tuñón. lluvia

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lluvia
Entonces comprendimos que la lluvia también era hermosa.
Unas veces cae mansamente y uno piensa en los cementerios
abandonados. Otras veces cae con furia, y uno piensa en los
maremotos que se han tragado tantas espléndidas islas de extraños
nombres.
De cualquier manera la lluvia es saludable y triste.
De cualquier manera sus tambores acunan nuestras noches y la
lectura tranquila corre a su lado por los canales del sueño.
Tú venías hacia mí y los otros seres pasaban:
No habían despertado todavía al amor.
No sabían nada de nosotros.
De nuestro secreto.
Ignoraban la intimidad de nuestros abrazos voluptuosos, la ternura
de nuestra fatiga.
Acaso los rostros amigos, las fotografías, los paisajes que hemos
visto juntos, tantos gestos que hemos entrevisto o sospechado, los
ademanes y las palabras de ellos, todo, todo ha desaparecido y
apretado destino, en nuestra posible muerte única, en nuestra
posible resurrección.
Te quiero con toda la ternura de la lluvia.
Te quiero con toda la furia de la lluvia.
Te quiero con todos los violines de la lluvia.
Aún tenemos fuerzas para subir la callejuela empinada. Recién
estamos descubriendo los puentes y las casas, las ventanas y las
luces, los barcos y los horizontes.
Tú estás arriba, suntuosa y bíblica,
pero tan humana, increíble, pero, tan real, numerosa, pero tan mía.
Yo te veo hasta en la sombra imprecisa del sueño.
Oh, visitante.
Ya es seguro que ningún desvío nos separará.
Iguales luces señaleras nos atraen hacia la compartida vida, hacia el
destino único.
Ambos nos ayudaremos para subir la callejuela empinada.
Ni en nuestra carne ni en nuestro espíritu nunca pasaremos la línea
del otoño.
Porque la intensidad de nuestro amor es tan grande, tan poderosa,
que no nos daremos cuenta cuando todo haya muerto, cuando tú y yo
seamos sombras, y todavía estemos pegados, juntos, subiendo
siempre la callejuela sin fin de una pasión irremediable.
Oh, visitante.
Estoy lleno de tu vida y de tu muerte.
Estoy tocado de tu destino.
Al extremo de que nada te pertenece sino yo.
Al extremo de que nada me pertenece sino tú.
Sin embargo yo quería hablar de la lluvia, igual, pero distinta, ya al
caer sobre los jardines, ya al deslizarse por los muros, ya al reflejar
sobre el asfalto las súbitas, las fugitivas luces rojas de los
automóviles, ya al inundar los barrios de nuestra solidaridad y de
nuestra esperanza, los humildes barrios de los trabajadores.
La lluvia es bella y triste y
acaso nuestro amor sea bello y triste y acaso esa tristeza sea una manera sutil de la alegría. Oh, íntima,
recóndita alegría.
Estoy tocado de tu destino.
Oh, lluvia. Oh, generosa.

Raúl González Tuñón

domingo, noviembre 04, 2007

los glaciares del olvido










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Remordimiento


He cometido el peor de los pecados
Que un hombre puede cometer. No he sido
Feliz. Que los glaciares del olvido
Me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
Humano de las noches y los días.
Para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
No fue su joven voluntad. Mi mente
Se aplicó a las simétricas porfías
Del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

Jorge Luis Borges