de qué sirve escribir la buena prosa,
de qué vale que exponga razones y argumento
si los chacales velan, la manada se tira contra el verbo,
lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto,
vuelven lo blanco negro, el signo más se cambia en signo menos,
los chacales son sabios en los télex,
son las tijeras de la infamia y del malentendido, manada universal, blancos, negros, albinos,
lacayos si no firman y todavía más chacales cuando firman,
de qué sirve escribir midiendo cada frase,
de qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la conducta
si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias,
los policías disfrazados,
los asesores de gorila, los abogados de los trusts
se encargarán de la versión más adecuada para consumo de inocentes o de crápulas,
fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se instala,
y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta tierra nuestra,
que abre su diario y busca su verdad y se encuentra
con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando
baba prefabricada, mierda en pulcras columnas, y hay quien cree
y al creer olvida el resto, tantos años de amor y de combate,
porque así es, compadre, los chacales lo saben: la memoria es falible
y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de hoy con sus noticias invalida
todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente traficado y mentido.
entonces no, mejor sero lo que se es,
decir eso que quema la lengua y el estómago, siempre habrá quien entienda
este lenguaje que del fondo viene...
de
policrítica en la hora de los chacales
julio cortázar