domingo, octubre 20, 2019
maría teresa andruetto. réquiem/selección
***
Señor,
permíteme bajar
a los pozos
de mi pensamiento,
manantiales de sangre,
depósitos intactos
de locura,
con la frente alta,
sin miedo
a los derrumbes.
***
He muerto otras veces.
Y resucité
buscándome en pedazos.
Pero esta vez
repito gestos celebro ritos
y no me encuentro.
***
Kodak
Yo
los miraba
tras la lente de la Kodak
con la que padre
registró la guerra
antes
que la muerte
disolviera sus pupilas
y delegara en mis ojos
el dolor de mirarmne
devastada
por la ausencia.
María Teresa Andruetto, Arroyo Cabral, Córdoba, 1954
de Réquiem
en María Teresa Andruetto, Poesía reunida, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2019
viernes, septiembre 27, 2019
jonio gonzález. deslumbramiento
Deslumbramiento
un ciego nos guía hacia la luz
mientras oímos el coro de los sordos
levantar el augurado mástil
en la cumbre del monte
entretanto
los preceptores del destino
prohíjan fábulas
órdenes
proclamas
y lo vemos todo
y nos interrogamos en voz alta
a pesar de los que se vuelven
hacia nosotros y nos señalan
de la prevista mentira
y seguimos al ciego
ciegamente
por miedo a extraviarnos.
Jonio González, Buenos Aires, 1954
de Historia del visitante, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2019
miércoles, septiembre 25, 2019
irene gruss. pero el arte
Pero el arte
Lo bueno y lo malo que he perdido no ha sido arte
sino malentendidos: no saber oír,
trastabillarme;
raro cansancio hacía que diera cosas
por sentado: el abrazo;
hasta un puré era algo tan elaborado que evité pelar papas,
ya fuera por bueno
o malo, sin arte alguna, me equivocaba.
Tarde descubrí que el errar,
el perderse
podrían ser lo mismo, un oficio
extravagante. Pero el arte,
ah el arte, no es oficio
sino servir un simple puré de papas, ni muy caliente
ni tibio.
A Mirta Rosenberg, a Elizabeth Bishop
Irene Gruss, Buenos Aires, 1950-2018
de Piedad vine a sentir, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2019
lunes, septiembre 02, 2019
ezra pound. la tumba de akr caar
La tumba de Akr Caar
“Soy tu alma, Nikoptis. Por ti
estuve en vela
Estos cinco milenios, y los ojos tuyos, muertos,
No se movieron ni respondieron nunca a mi deseo,
Y tus livianos miembros que de través pasé en llamas
No ardieron conmigo ni con cosa azafranada.
Estos cinco milenios, y los ojos tuyos, muertos,
No se movieron ni respondieron nunca a mi deseo,
Y tus livianos miembros que de través pasé en llamas
No ardieron conmigo ni con cosa azafranada.
“Mira, la
fina hierba brotó para almohadarte
Y te besó con una miríada de hierbosas lenguas;
Pero no tú a mí.
He leído todo el oro sobre la pared
Y agotado mi pensamiento sobre los signos
Y en este lugar ya no hay cosas nuevas.
Y te besó con una miríada de hierbosas lenguas;
Pero no tú a mí.
He leído todo el oro sobre la pared
Y agotado mi pensamiento sobre los signos
Y en este lugar ya no hay cosas nuevas.
“He sido
amable. Mira, dejé cántaros sellados
Para que no despertaras quejándote por tu vino
Y tus túnicas las mantuve suaves para ti.
Para que no despertaras quejándote por tu vino
Y tus túnicas las mantuve suaves para ti.
“¡Oh, tú
olvidas! ¡Pero cómo olvidaría yo!
Incluso el río, hace tanto tiempo.
¿El río? Eras demasiado joven.
Y tres almas descendieron sobre Ti.
Y vine.
Y floté sobre ti, las rechacé.
Conocí tus secretos, fui íntima contigo.
Incluso el río, hace tanto tiempo.
¿El río? Eras demasiado joven.
Y tres almas descendieron sobre Ti.
Y vine.
Y floté sobre ti, las rechacé.
Conocí tus secretos, fui íntima contigo.
“Te he
tocado las palmas, las puntas de los dedos,
Fluí dentro y a través de ti y alrededor de tus talones.
¿Cómo entré? ¿No fui tú en Ti?
Fluí dentro y a través de ti y alrededor de tus talones.
¿Cómo entré? ¿No fui tú en Ti?
“Y ningún
sol llega para que descanse en este lugar,
Y me desgarro contra la áspera oscuridad,
Y no brilla la luz sobre mí, y no dices palabra,
Y pasan los días.
Y me desgarro contra la áspera oscuridad,
Y no brilla la luz sobre mí, y no dices palabra,
Y pasan los días.
“¡Oh, podría
aún salir a pesar de los signos
Y todo su astuto trabajo sobre esta puerta,
Y echarme a través del campo de verde cristal!
Y todo su astuto trabajo sobre esta puerta,
Y echarme a través del campo de verde cristal!
“Pero hay
calma aquí.
No me voy.”
No me voy.”
Ezra Pound, Idaho, 1885- Venecia, 1972
De Ripostes, 1912
En
Pound, Poems & Translations,
2003, The Library of América
Versión de Jorge Aulicino
Versión de Jorge Aulicino
The tomb at Akr Caar
“I
am thy soul, Nikoptis. I have watched
These five millennia, and thy dead eyes
Moved not, nor ever answer my desire,
And thy light limbs, where through I leapt aflame,
Burn not with me nor any saffron thing.
These five millennia, and thy dead eyes
Moved not, nor ever answer my desire,
And thy light limbs, where through I leapt aflame,
Burn not with me nor any saffron thing.
See,
the light grass sprang up to pillow thee,
And kissed thee with a myriad grassy tongue;
But not thou me.
I have read out the gold upon the wall,
And wearied out my thought upon the signs.
And there is no new thing in all this place.
And kissed thee with a myriad grassy tongue;
But not thou me.
I have read out the gold upon the wall,
And wearied out my thought upon the signs.
And there is no new thing in all this place.
I
have been kind. See I have left the jars sealed,
Lest thou shouldst wake and whimper for thy wine.
And all thy robes I have kept smooth on thee.
Lest thou shouldst wake and whimper for thy wine.
And all thy robes I have kept smooth on thee.
O
thou unmindful! How should I forget!
Even the river many days ago,
The river? thou wast over young.
And three souls came upon Thee--
And I came.
And I flowed in upon thee, beat them off;
I have been intimate with thee, known thy ways.
Even the river many days ago,
The river? thou wast over young.
And three souls came upon Thee--
And I came.
And I flowed in upon thee, beat them off;
I have been intimate with thee, known thy ways.
Have
I not touched thy palms and finger-tips,
Flowed in, and through thee and about thy heels?
How 'came I in'? Was I not thee and Thee?
Flowed in, and through thee and about thy heels?
How 'came I in'? Was I not thee and Thee?
And
no sun comes to rest me in this place,
And I am torn against the jagged dark,
And no light beats upon me, and you say
No word, day after day.
And I am torn against the jagged dark,
And no light beats upon me, and you say
No word, day after day.
Oh!
I could get me out, despite the marks
And all their crafty work upon the door,
Out through the glass-green fields
. . .
And all their crafty work upon the door,
Out through the glass-green fields
. . .
Yet
it is quiet here:
I do not go”.
I do not go”.
jueves, julio 25, 2019
terese svoboda. castigado
Castigado
Un palo, pelado —no,
un palo de bambú
con empuñadura de
plata-con-cruz, multiplicador de clase como /garrote,
la prerrogativa
de la gravedad elevada
superando la
desventaja del aporreo de antemano.
Él objeta. Debilidad
de ambos lados.
Un hombre debería
aplastar a sus oponentes con una palabra.
Naif, reflexiono,
a tu edad. Un bastón
reemplaza los
sensores de las suelas, los apuntala.
El balance es un
tema para los desbalanceados,
dice, connotaciones,
acusándome, amante de Lear,
de demasiado. La
tierra está cerca, le digo.
Una mirada lúcida.
Caminaré, dice, sin él.
Terese Svoboda,
Nebraska, 1950
En Poetry, noviembre 2011
Versión ©Silvia
Camerotto
Caned
A stick, pared clean—no, a silver-topped
bamboo-with-dagger, class doubling as club,
the advantage of gravity lifted high
overcoming the disadvantage of poking ahead.
He demurs. Weakness either way.
A man should crush opponents with a word.
Naive, I muse, at your age. A cane
replaces the sole’s sensors, bolsters them.
Balance is a matter for the unbalanced,
he says, all nuance, accusing me, Lear-lover,
of too much. The earth is now close, I tell him.
A sharp look. I’ll walk, he says, without.
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