domingo, mayo 15, 2016

john ashbery. la ignorancia de la ley no es excusa



La ignorancia de la ley no es excusa

No advirtieron sobre las arañas, y el hambre recurrente.
Manejamos hasta el  centro para ver a nuestros vecinos. No había nadie en casa.
Nos instalamos en patios creados por la municipalidad,
recordando otros lugares, distintos.
Pero, ¿lo eran? ¿Acaso no sabíamos esto de antemano?

En viñedos donde el zumbido de la abeja ahoga la monotonía,
dormimos en busca de paz, uniéndonos al éxito.
Se acercó a mí.
Todo era como antes,
con excepción del peso del presente,
que huye del pacto que hicimos con el cielo.

En realidad  no había motivo de regocijo,
ni tampoco necesidad de cambio.
Estábamos perdidos solo al permanecer de pie,
oyendo  el zumbido de los cables aéreos.

Lloramos por  la meritocracia que, salvajemente vibrante,
puso comida en la mesa y leche en el vaso.  
En las zonas pobres, torpes
regresamos al cristal de roca original en que se había convertido,
todo  preocupación , todo miedo para nosotros.

Bajamos con cuidado
al escalón inferior. Allí puedes llorar y respirar,
lavar tus posesiones en el frío manantial.
Solo debes cuidarte de los osos y de los lobos que la frecuentan
y de la sombra que llega mientras esperas el amanecer.

John Ashbery, Rochester, New York, 1927
En Where Shall I Wander, Harper Collins, Nueva York, 2005
Versión ©Silvia Camerotto
imagen de Frans Masereel, en Alternative Fuel Network

Ignorance of the law is no excuse

We were warned about spiders, and the ocassional famine.
We drove downtown to see our neighbors. None of them were home.
We nestled in yards the municipality has created,
reminisced about other, different places -
but were they? Hadn't we known it all before?

In vineyards where the bee's hymn drowns the monotony,
we slept for peace, joining in the great run.
He came up to me.
It was all as it had been,
except for the weight of the present,
that scuttled the pact we made with heaven.

In truth there was no cause for rejoicing,
nor need to turn around, either.
We were lost just by standing,
listening to the hum of wires overhead.

We mourned that meritocracy which, wildly vibrant,
had kept food on the table and milk in the glass.
In skid-row, slapdash style
we walked back to the original rock crystal he had become,
all concern, all fears for us.

We went down gently
to the bottom-most step. There you can grieve and breathe,
rinse your possessions in the chilly spring.
Only beware the bears and wolves that frequent it
and the shadow that comes when you expect dawn.





domingo, mayo 08, 2016

john ashbery. caminando por ahí


Caminando por ahí

¿Qué nombre tengo para ti?
En verdad no existe nombre para ti
en el sentido en que las estrellas tienen nombres
que de algún son apropiados. Solo dando vueltas por ahí,

es un objeto de curiosidad para algunos,
pero tú estás demasiado preocupado
por la mancha secreta escondida en tu alma
para decir algo y andas por ahí,

sonreír para adentro y  ante otros.
se vuelve un poco solitario
aunque al mismo tiempo desagradable.

And now that the end is near
de que el camino más largo es el más eficaz,
ese que daba la vuelta entre islas, y
pareciendo siempre que viajabas en círculo.  
Y ahora que el final está cerca

los segmentos del viaje se abren como una naranja.
Hay luz allí y misterio y comida.
Ven a verlo.
No vengas por mí, sino por él.
Pero si todavía estoy ahí, asegúrate de que podamos vernos.

John Ashbery, Rocehster, 1927
en John Ashbery Collected Poems, 1956-1987, Library of America
versión © Silvia Camerotto
imagen de © Fairfield Porter en Samizdat Blog

Just Walking Around

What name do I have for you?
Certainly there is not name for you
In the sense that the stars have names
That somehow fit them. Just walking around,

An object of curiosity to some,
But you are too preoccupied
By the secret smudge in the back of your soul
To say much and wander around,

Smiling to yourself and others.
It gets to be kind of lonely
But at the same time off-putting.
Counterproductive, as you realize once again

That the longest way is the most efficient way,
The one that looped among islands, and
You always seemed to be traveling in a circle.
And now that the end is near

The segments of the trip swing open like an orange.
There is light in there and mystery and food.
Come see it.
Come not for me but it.
But if I am still there, grant that we may see each other.


jueves, mayo 05, 2016

william carlos williams. los barcos



Los barcos

luchan en un mar que la tierra en parte encierra
protegiéndolos de los fuertes golpes
de un océano ingobernable, que cuando quiere

tortura los más grandes cascos, el mejor hombre sabe
contraatacar sus golpes, y los derrota sin piedad.
Como polilla entre niebla, centelleante en el insignificante

brillo de los días despejados, con amplias velas hinchadas
que vuelan al viento sacudiendo el agua costera
de sus proas afiladas, mientras la tripulación las trepa

como hormigas, preparándolas con diligencia, soltándolas,
apurándose mientras se dan vuelta, inclinándose y habiendo
atrapado otra vez al viento, hombro a hombro, se dirigen a la meta.

En un área protegida de aguas abiertas rodeada de
naves mayores y menores que, obsequiosas -torpes
y agitándose-  los siguen, parecen jóvenes, extraños

como la brillo de un ojo feliz, viven en gracia
con todo lo que para la mente es inútil, libre y
por naturaleza deseado. Ahora el mar que los sostiene

es caprichoso, bañando sus lustrosos lados, como si buscara
una mínima falla, pero fracasando por completo.
Hoy no hay carrera. El viento regresa. Los barcos

se mueven, disputando la largada, se da  la señal y
parten. Ahora las olas los golpean, pero son muy
fuertes, se escabullen, pero ajustan las lonas.

Brazos con manos apretadas intentado aferrarse a las proas.
Cuerpos arrojados con negligencia son segregados en el trayecto.
Es un mar de caras alrededor, en agonía, en desesperación

hasta que el horror de la carrera comienza aturdiendo la mente,
todo el mar se convierte en un enredo de cuerpos mojados
perdidos para el mundo cargando lo que no pueden sostener. Rotos,

golpeados, desolados, estirándose de entre los muertos para ser llamados,
gritan, ¡fallando, fallando! sus gritos crecen
entre las olas quietas mientras los diestros barcos los ignoran.


William Carlos Williams, Rutherford, 1883- 1963
en The Collected Poems: Volume I 1909-1939, New Directions, 1986
versión © Silvia Camerotto
J. W. W. Turner, The Slave Ships

The Yachts

contend in a sea which the land partly encloses
shielding them from the too-heavy blows
of an ungoverned ocean which when it chooses

tortures the biggest hulls, the best man knows
to pit against its beatings, and sinks them pitilessly.
Mothlike in mists, scintillant in the minute

brilliance of cloudless days, with broad bellying sails
they glide to the wind tossing green water
from their sharp prows while over them the crew crawls

ant-like, solicitously grooming them, releasing,
making fast as they turn, lean far over and having
caught the wind again, side by side, head for the mark.

In a well guarded arena of open water surrounded by
lesser and greater craft which, sycophant, lumbering
and flittering follow them, they appear youthful, rare

as the light of a happy eye, live with the grace
of all that in the mind is fleckless, free and
naturally to be desired. Now the sea which holds them

is moody, lapping their glossy sides, as if feeling
for some slightest flaw but fails completely.
Today no race. Then the wind comes again. The yachts

move, jockeying for a start, the signal is set and they
are off. Now the waves strike at them but they are too
well made, they slip through, though they take in canvas.

Arms with hands grasping seek to clutch at the prows.
Bodies thrown recklessly in the way are cut aside.
It is a sea of faces about them in agony, in despair

until the horror of the race dawns staggering the mind,
the whole sea become an entanglement of watery bodies
lost to the world bearing what they cannot hold. Broken,

beaten, desolate, reaching from the dead to be taken up
they cry out, failing, failing! their cries rising
in waves still as the skillful yachts pass over.



lunes, mayo 02, 2016

magdalena zurawski. desocupado




Desocupado

Después de que todos terminan
de fumarse el Ovidio
se pone feo estar vivo.

Los muertos nos rechazan y
en lugar de que alguien conocido aparece
un coche de policía y nada

más pasa ni siquiera
mi cara tan vacía y
tan llena de los significados

de otra gente.

Estaba aburrida y vos
estabas aburrido ¿te acordás?

Soñábamos con dejar
nuestras cabezas
sin ningún sustantivo
en ellas.

Magdalena Zurawski, New Jersey, 1972
Companion Animal, Litmus Press, 2015
Versión © Silvia Camerotto
imagen de © Joshua Meyer, Bits and Pieces, en Joshua Meyer 

#Unoccupied

After everyone stops
smoking the Ovid
it gets ugly to be alive.

The dead refuse us and
instead someone I know turns over
a police car and nothing

happens anymore not even
my face so empty and
too full of other people’s

meanings.

I was bored and you
were bored, remember?

We dreamed of
leaving our heads
without a single
noun in them.