viernes, febrero 19, 2016

derek walcott. fama




Fama

Esto es la fama: domingos,
un vacío
como en Balthus,

callejones empedrados,
soleados, áureos,
una pared, una torre dorada

al final de una calle,
un azul sin campanas,
como una tela muerta

fijada en su marco
blanco, y flores:
gladiolos, insípidos

gladiolos, pétalos de piedra
en un florero. La altísima
alabanza del coro

apagada. Un libro
de grabados mirándose
a sí mismo. El repiqueteo

de los tacos altos en una vereda.
Un reloj que arrastra.
Un ansia de trabajo.

Derek Walcott, Castries, Santa Lucía, 1930
Versión © Silvia Camerotto
De The Arkansas Testament de Derek Walcott. Copyright © 1987 
imagen de © Balthasar Balthus, Large Composition with Raven, 1986


miércoles, febrero 17, 2016

alberto girri. la sombra



La sombra
De algún modo soy tu cuerpo,
Me designo en él, me quema
En la mentira útil como un remo,
En la desgracia y la amorosa lucha
Abriendo Los huecos de su máscara.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
Cuando la rica, inexplicable sangre,
Transcurre en medio de representaciones.
Y lo seré hasta que cenizas
Acaricien tu prestada, última parcela.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
La opresión que difunde me sostiene,
Y no en otro descienden las palabras,
Urde la disculpa el vejado sermón
Por nuestras pasadas facciones.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo
Y si en atención a su dañina mengua
Me cuido bien de mirarlo como esencia,
¿Con qué prodigio, incisivo milagro,
Percibiré tu pasión cuando lo excluya?
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.

Alberto Girri, Buenos Aires, 1919-1991
en Alberto Girri, Obra Poética IV, Corregidor, Buenos Aires, 1977
imagen de Joon Y. Moon en Creative Applications Net



jueves, febrero 11, 2016

jorge leónidas escudero. amigo íntimo


***
 Amigo íntimo

Era noche de viento anoche cuando
desvelado oí al gato amigo, el perdido,
llamándome.
Su quejumbre apagada oí e el impulso
tuve de abrir todas las puertas a recibirlo.

Veinte días ya,
y si no lo mató un perro viene ahí.
Salte de la cama y corrí a la ventana
ver si lo veía y hacerlo entrar
acariciarlo darle comida. Sucio, flaco
estaría después e tanta ausencia.

Entonces otra vez oí el llamado;
pero mi di cuenta no era el gato,
era una persiana que con el viento hacía
tal quejumbre.

Cerré la ventana.
Fui a mirarme al espejo ver qué cara
le queda a uno después de desilusionarse.
Y en esas vecindades de viento engañador
y ladridos nocturnos
volví a la cama a no poder dormir. Acaso
¿esto es mucho decir sobre la ausencia de un gato?

 ***
Del amor

Mas quisiera un final algo florido
ya que el amor es poesía.
Para esto adhiero a una sabiduría antiquísima
Y suspiro:
Las abejas no saben por qué van a las flores
y las flores no saben por qué atraen a las abejas.
La palabra única (del libro "Tras la llave"):
¿Estoy quizá hablando de la nada
o del todo que es lo mismo?
¿Será eso el
silencio total ah? Me asustó:
¿buscar la palabra única será
instinto de muerte?


***
Lo inescrutable

Si usted toma la punta de un conocimiento
y empieza a tirar el hilo
va a sacar una sombra.

Es tremendo y espanta,
porque si todo está unido a todo
uno piensa extraer un pez gordo
y termina vencido con la boca gusto a nada.

Mi caso es el de siempre, siempre el mismo.
Ya no puedo callar y más tranquilo
vivir sino que indago e inmerecidamente
caigo en la oscuridad.

Tras el fuego sagrado a si pellizco
me levanto alta noche y sigiloso
pongo la caña de pescar en vano.

Sin embargo insisto.

Jorge Leónidas Escudero, San Juan, 1920-2016
De Poesía Completa, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2011

domingo, febrero 07, 2016

wallace stevens. tristes acordes de un alegre vals




Tristes acordes de un alegre vals

La verdad es que llega un momento
cuando ya no podemos lamentarnos más por música
que es sonido sin movimiento.

Llega un momento en que el vals
deja de ser un modo de deseo, un modo
de revelar el deseo y está vacío de sombras.

Muchos valses han terminado. Y después
está ese Hoon subido a la montaña,
para quien el deseo nunca fue el de un vals,

quien encontró la forma y el orden en soledad,
para quien las figuras nunca fueron las de los hombres.
Ahora, para él, sus formas han desaparecido.

No hay orden ni en el mar ni en el sol.
Las figuras han perdido su brillo.
Estas son las inesperadas multitudes humanas,

estas nubes inesperadas de caras y brazos,
una inmensa represión, liberada,
estas voces que lloran sin saber por qué,

excepto para ser feliz, sin saber cómo,
imponiendo formas que no pueden describir,
requiriendo un orden más allá del discurso.

Demasiados valses-La épica del descreimiento
resuena más seguido y pronto, pronto será constante.
Algún escéptico armonioso pronto en una música escéptica

unirá estas figuras de hombres y sus formas
brillarán otra vez en movimiento, la música
será movimiento y llena de sombras.


Wallace Stevens, Reading, 1879 - Hartford, 1955
En Wallace Stevens, Selected Poems, Faber & Faber, Londres, 1978
Versión © Silvia Camerotto
imagen s/d



Sad Strains of a Gay Waltz

The truth is that there comes a time
When we can mourn no more over music
That is so much motionless sound.

There comes a time when the waltz
Is no longer a mode of desire, a mode
Of revealing desire and is empty of shadows.

Too many waltzes have ended. And then
There’s that mountain-minded Hoon,
For whom desire was never that of the waltz,

Who found all form and order in solitude,
For whom the shapes were never the figures of men.
Now, for him, his forms have vanished.

There is order in neither sea nor sun.
The shapes have lost their glistening.
There are these sudden mobs of men,

These sudden clouds of faces and arms,
An immense suppression, freed,
These voices crying without knowing for what,

Except to be happy, without knowing how,
Imposing forms they cannot describe,
Requiring order beyond their speech.

Too many waltzes have ended. Yet the shapes
For which the voices cry, these, too, may be
Modes of desire, modes of revealing desire.

Too many waltzes–The epic of disbelief
Blares oftener and soon, will soon be constant.
Some harmonious skeptic soon in a skeptical music

Will unite these figures of men and their shapes
Will glisten again with motion, the music
Will be motion and full of shadows.