miércoles, agosto 31, 2011

william carlos williams. anuncio encantador



Anuncio encantador

Todos sus encantos
son burbujas
de un cigarrillo
inclinado.

¡Y vean!
¡ella mira
para encenderlos
el rostro de él!

Para nosotros, en cambio
el cabello negro de él
lustroso
es indicio suficiente.

William Carlos Williams, Rutherford, Nueva Jersey, 1883 –1963
de Collected Later Poems, 1950, en William Carlos Williams, Selected Poems, editado por Tom Tomlinson, A New Directions Book, New York, 1985
Versión © Silvia Camerotto
imagen de Reinfried Marass, en Reinfried Marass photography, publicado en este blog con la exclusiva autorización del autor


Lovely Ad

All her charms
are bubbles
from a tilted
cigarette—

And look!
she sees
to light them
his face!

Whereas for us
his sleek
black hair
is hint enough.

lunes, agosto 29, 2011

celia clara fischer. poema VII y otros



Poema VII

No logro despegar mis ojos
de los ángeles de bronce
que sostienen a Brandenburgo,
de los caballos ciegos galopando
hacia una nada y desbocados.
Osos ventean la presa
por donde camino
y me pregunto
si ya crecen  amapolas
en los campos de la aldea.
Yo, que no quiero las voces
de los hombres,
aquí abundan graznando
de feroces ejércitos
su sangre y sus piojos.

Del tigre y el lobo,
la estepa y la taiga
están mirándome
nevadas en tus ojos.
De los míos parten
cordilleras y salares
y rosas de cuarzo
en noches con estrellas
obstinadas del desierto.

No podemos sostener
el peso del miedo a solas,
cuando la soledad es un escombro
con llagas enquistadas.


Poema XV

Desde el limonero iluminado
Tiresias pide gestos
para morir su propia muerte.
Desnuda despedida blanca
en quejido de azahares
llorándose
bajo el guante de la luna,
mientras la tierra,
esa eternidad  terca y ávida,
espera,
siempre enlutada espera.
Pero el viejo Tiresias avanza
con la indiferencia entre los dientes,
solo y seco en su agonía,
regresando espanto a los oráculos
que no supieron en qué absoluto
los cielos fueron devorados.


Celia Clara Fischer, Buenos Aires, 1943
De: Imágenes del Silencio.  En preparación
imagen de Ervand Kotchar © , Home couche,  circa 1930

domingo, agosto 28, 2011

willliam faulkner. cincuenta años después



Cincuenta años después

Su casa está vacía y el corazón es viejo
y está lleno de sombras y ecos que no engañan
a nadie excepto a ella,  porque aún trata de tejer
con dedos ciegos y torcidos, redes que no sostienen.
Dicen que alguna vez los brazos de todos los hombres se extendían hacia ella,
y planeaban como pájaros blancos esperando sus caricias:
una corona que ella pudo haber tenido para unir cada hebra
de cabello, y sus dulces brazos, el Oro de las Brujas.

Sus espejos saben del testimonio, porque allí
despertó en sueños de otros sueños que le otorgaban
delicadeza cuando se levantaba, coronada por cabellos suaves.
Y con el corazón de él atado y sus ojos jóvenes inclinados
y ciegos, él siente su presencia como fragancia derramada,
reteniéndolo, en cuerpo y vida, en su trampa.

William Faulkner, Albany, 1897- Oxford, 1962
de A Green Bough, 1933, publicado como The Marble Faun and A Green Bough, Random House, New York, 1965
versión 
© Silvia Camerotto
imagen de Dennis McCarthy ©, Lady in mirror,  en Dennis McCarthy Oil Paintings

After Fifty Years

Her house is empty and her heart is old,
And filled with shades and echoes that deceive
No one save her, for still she tries to weave
With blind bent fingers, nets that cannot hold.
Once all men’s arms rose up to her, ‘tis told,
And hovered like white birds for her caress:
A crown she could have had to bind each tress
Of hair, and her sweet arms the Witches’ Gold.

Her mirrors know her witnesses, for there
She rose in dreams from other dreams that lent
Her softness as she stood, crowned with soft hair.
And with his bound heart and his young eyes bent
And blind, he feels her presence like shed scent,
Holding him body and life within its snare.

sábado, agosto 27, 2011

wendy guerra. promenade por mi museo personal y otros poemas


Promenade por mi museo personal 

Cuando abandono, cuando parto, cuando dejo me dejo ir a mí misma
para siempre
un trozo de mi pelo queda sujeto al pasado
prendido en los alambres de un campo minado
me aíslo y me castigo
sangre en los espejos trenza de pesadillas y misterios violentos, violados
cristales que me hacen huir desesperada, clavando en mis pies el daño
para siempre
un hombre me acecha entre sus gritos mientras pido de rodillas el
plano del hogar
perdido
enclaustrado en nombres que voy reconociendo
azul de metileno, pueblos de naranja, purga y dolor de los dolores
cuál fue el hogar primero de los golpes, hubo un hogar, hubo un reposo
para este pavor profundo
cuando abandono quedan gavetas con arena
polvillo de mariposa vencida sobre la cama
oro sobre mis manos
vacío entre mis ojos
de parihuela en parihuela intentando llegar a ningún lado
fiebre sobre el cuerpo de una reina que va a ser cremada porque expuesta
causa pena.


De la mano de Ofelia
-
Atentos a las poetas suicidas
Tengo una lista en mi cintura que no entrego
No delato
No rebelo
Bajo cualquier tortura cierro boca abro cabeza
Escupo barbitúricos y ensayo el gesto maquinal
Sobre el río vamos juntas de la mano pisando el agua
Ofelia mi madre y yo en la fotografía:- figura 99-
Buscando al hombre exacto que nos empuje al dolor
Hilamos el jamo de las mariposas rotas
Ese opio ese aire de familia que convoca al desatino
Tormento superior que el agua arranca
Alivia tanto como la mano de Ofelia
Remolino de estudios violentos
Rictus de asco aislamientos de ardor
Ejercicios perfectos para mortificar al otro
Claustro de palabra con miedo
Lengua cortada vocablo y ofensa
Calistenias perfectas para no regresar.

Wendy Guerra, La Habana, 1970
Imagen; Wendy Guerra por Daniel Mordzinski

martes, agosto 23, 2011

emily dickinson. el corazón pide placer primero y otro


IX

El corazón pide placer primero
y luego, liberación del dolor;
y luego, esos pequeños anodinos
que alivian el sufrimiento;

y luego, irse a dormir;
y luego, si debe ser
la voluntad de su Inquisidor
la libertad de morir.


LXXX

La oración es un pequeño instrumento
con el que los hombres llegan
a donde su presencia es negada.
Lanzan sus discursos

a los oídos de Dios, por medio de ellos;
si entonces Él escucha,
se añade al aparato
comprendido en la oración.



Emily Dickinson, 1830- 1886, Amherst, Massachusetts.
Versión © silvia camerotto
De The Collected Poems of Emily Dickinson, Barnes & Noble, New York, 1993
imagen: © Paul Garland en The education blog



IX 

The heart asks pleasure first,
And then, excuse from pain;
And then, those little anodynes
That deaden suffering;

And then, to go to sleep;
And then, if it should be
The will of its Inquisitor,
The liberty to die.


 LXXX

Prayer is the little implement
Through which men reach
Where presence is denied to them.
They fling their speech

By means of it in God’s ear;
If then He hear,
This sums the apparatus
Comprised in prayer.

lunes, agosto 22, 2011

william carlos williams. transicional


Transicional

Él primero dijo:
es la mujer que hay en nosotros
la que nos hace escribir—
reconozcámoslo—
Los hombres permanecerían callados
No somos hombres
por lo tanto podemos hablar
y ser conscientes
(de ambas caras)
parados en la sensualidad
según corresponde a la precisión.

Entonces dije:
¿te atreves a hacer de esto
tu propaganda?

Y él respondió:
¿no estoy yo acá?

William Carlos Williams, RutherfordNueva Jersey1883 –1963
de Collected Later Poems, 1950, en William Carlos Williams, Selected Poems, editado por Tom Tomlinson, A New Directions Book, New York, 1985
Versión © Silvia Camerotto
imagen de Lane Corder en Design Cove

Transitional

First he said:
It is the woman in us
That makes us write—
Let us acknowledge it—
Men would be silent.
We are not men
Therefore we can speak
And be conscious
(of the two sides)
Unbent by the sensual
As befits accuracy.

I then said:
Dare you make this
Your propaganda?

And he answered:
Am I not I-here? 

sábado, agosto 20, 2011

enrique molina. esos reflejos solitarios


Esos reflejos solitarios

Olvidemos las últimas
lágrimas, el mortecino día,
y tornemos a los viejos y rientes fantasmas
en donde, hemos amado.
Allá están, todavía,
en la niebla marina,
y sus lánguidos y ondulantes ropajes
desprenden una aureola
brillante como el tiempo.
Allá están, solitarios,
y extrañamente unidos
a la orgullosa espuma,
y las lianas del agua
entretejen sus venas,
pero sus muertos pechos
aún saben nuestros nombres...
¿Pueden reconocernos ellos, que antes amaron
con nuestros propios gestos...?
¡Oh, sí! Su corazón
no ha caído del todo
y sobre el áureo mar
dulcemente perduran,
allá, donde lo eterno recoge su belleza
vacía y cruel como el olvido.

de Reino solitario, 1936-1938

Circe

Solo contra la tierra
este sudor de instintos ha deshecho mi rostro de pájaro confuso
extraviado en los restaurantes de los tejados bajo la mañana sin oficio
convertido de pronto en la bestia inocente que ronca entre las flores
una mano de adiós
un golpe de olas en el alma

Disfrazado de playas y ciudades que pasan
las promesas se olvidan como en sueños
como un reverbero de moscas sobre tales países sin escrúpulos ni socorro
en las eternas fogatas del tiempo
entre las plagas de la inconstancia
mientras se coagula al sol un vino de archipiélagos
-oh carne sobrenatural con tu incomprensible gemido celeste torturado y salvajemente vivo en las venas-
ahora que revisto la piel del cerdo fosforescente
el olfato del camino
su relámpago de mujeres dormidas exhalando el perfume penetrante de la tristeza
de plumas de sexo barridas por el viento

Pero te recobro
oscuro corazón de prisionero y de desafío
ciego corazón humano
con el hechizo de la corriente
vacilaciones éxtasis y terrores
y el musgo del abismo que brilla entre dos bocas que se besan
para ser nuevamente sólo un hombre sin más amparo que tu furia
sin otro cielo que tu aliento
como una blasfemia deslumbrante como un lazo demente
tendido a los más puros vampiros de la tierra

de Amantes antípodas, 'Derivas', 1961

Enrique Molina, Buenos Aires, 1910-1997
en Enrique Molina, Obra poética, Obras Completas, Tomo II, Corregidor, Buenos Aires, 1987
imagen de Nadia Moro, Underwater photography, en Design Cove

miércoles, agosto 17, 2011

william faulkner. si hay dolor, que sea solo lluvia


**

Si hay dolor, que sea solo lluvia,
y que este dolor plateado sea solo por el dolor mismo,
si estos bosques verdes estuvieran soñando aquí
para despertar en mi corazón, si yo despertara nuevamente.

Pero dormiré, porque ¿dónde se halla cualquier muerte
mientras esté yo arraigado como un árbol a estas colinas
tristes y soñolientas de aquí arriba? Aunque esté muerto,
la tierra que me contiene me dará aliento.


William Faulkner, Albany, 1897- Oxford, 1962
de A Green Bough, 1933, publicado como The Marble Faun and A Green Bough, Random House, New York, 1965
versión © Silvia Camerotto
imagen de Ebay

**

If there be grief, then let it be but rain,
And this but silver grief for grieving’s sake,
If these green woods be dreaming here to wake
Within my heart, if I should rouse again.

But I shall sleep, for where is any death
While in these blue hills slumberous overhead
I’m rooted like a tree? Though I be dead,
This earth that holds me fast will find me breath.

martes, agosto 16, 2011

emily dickinson. de que siempre te amé



VIII

De que siempre amé
traigo a ti la prueba:
de que aun cuando amé
no amé lo suficiente.

Que siempre te amaré,
a ti prometo
porque el amor es vida
y la vida inmortalidad.

Amado, ¿acaso de esto dudas?
Entonces
nada tengo que  demostrar
sino el calvario.

Emily Dickinson, 1830- 1886, Amherst, Massachusetts.
Versión © silvia camerotto
De The Collected Poems of Emily Dickinson, Barnes & Noble, New York, 1993
imagen: Emily Dickinson por Isabelle Arsenault en La casa victoriana

VIII

That I did always love,
I bring thee proof:
That till I loved
I never loved enough.

That I shall love you alway,
I offer thee
That love is life,
And life hath inmortality.

This, dost thou doubt, sweet?
Then have I
Nothing to show
But Calvary.

lunes, agosto 15, 2011

william carlos williams. todos los días


Todos los días

Todos los días me bajo del auto
y atravieso el jardín
y a menudo deseo que Aristóteles
hubiera
considerado el poema ditirámbico—
o que sus notas hubieran sobrevivido

el yuyo arruina el césped
mientras miro de derecha a izquierda
tic tac—
Y de derecha a izquierda las hojas
del duraznero de más de un año crecen
en el fino tallo

Ninguna rosa es cierta. Cada rosa es una
y ésta, como ninguna otra,
se abre plana, como un plato
sin taza. Pero es una rosa, rosa
rosada. Uno puede sentir cómo se enrosca
lentamente en su espinoso tallo


William Carlos Williams, Rutherford, Nueva Jersey, 1883 1963
de Collected Later Poems, 1950, en William Carlos Williams, Selected Poems, editado por Tom Tomlinson, A New Directions Book, New York, 1985
Versión © Silvia Camerotto
imagen: Paul Klee, The Rose Garden, en Art in the picture

Every day

Every day that I go out of my car
I walk through a garden
and wish often that Aristotle
had gone on
to a consideration of the dithyrambic
poem —or that his notes had survived

Coarse grass mars the fine lawn
as I look about right and left
tic toc—
And right and left the leaves
upon the yearling peach grow along
the slender stem

No rose is sure. Each is one rose
and this, unlike another,
opens flat, almost as a saucer without
a cup. But it is a rose, rose
pink. One can feel it turning slowly
upon its thorny stem

domingo, agosto 14, 2011

walt whitman. de la terrible duda de las apariencias



De la terrible duda de las apariencias


De la terrible duda de las apariencias,
de la incertidumbre después de todo, de que podríamos estar engañados,
de que tal vez confianza y esperanza no son más que especulaciones después de todo,
de que tal vez la identidad más allá de la tumba es una bella fábula no más,
tal vez las cosas que percibo, los animales, plantas, hombres, colinas, aguas brillantes y fluyentes,
los cielos del día y la noche, colores, densidades, formas, tal vez sean (como sin duda son) tan solo apariciones, y el algo real está aún por conocerse,
¡cuántas veces se lanzan fuera de sí mismas para confundirme y burlarse de mí!
Cuántas veces yo pienso que no sé, ni sabe ningún hombre, nada de ellas,)
tal vez pareciéndome lo que son (como sin duda sólo parecen en verdad)  como desde mi actual punto de vista, y podrían resultar (como resultarán por supuesto) nada de lo que aparentan, o nada de ninguna manera, desde puntos de vista enteramente distintos;
para mí estas cosas y las semejantes a ellas son curiosamente respondidas por mis amantes, mis queridos amigos,
cuando aquel a quien amo viaja conmigo o se sienta un largo rato aferrándome la mano,
cuando el aire sutil, lo impalpable, el sentido que palabras y razón no aferran, nos circunda y nos impregna,
entonces me cargo de inexpresada e inexpresable sabiduría, me mantengo callado, no requiero nada más,
no puedo responder a la pregunta de las apariencias o de la identidad más allá de la tumba,
sino que camino o me quedo sentado indiferente, estoy satisfecho,
el que aferra mi mano me ha satisfecho totalmente.

Walt Whitman, West Hills, condado de Suffolk, Nueva York, 1819 – Camden, Nueva Jersey, 1892
en Hojas de Hierba, Walt Whitman, Edición bilingüe, Introducción, traducción y glosario: Pablo Ingberg, Editorial Losada, Buenos Aires, 2008
imagen: Walt Whitman 

Of the terrible doubt of appearances

Of the terrible doubt of appearances,
Of the uncertainty after all, that we may be deluded,
That may-be reliance and hope are but speculations after all,
That may-be identity beyond the grave is a beautiful fable only,
May-be the things I perceive, the animals, plants, men, hills, shining and flowering waters,
the skies of day and night, colors, densities, forms, may-be these are (as doubtless they are) only apparitions, and the real something has yet to be known,
(How often they dart out of themselves as if to confound me and mock me!
How often I think neither I know, nor any man knows, aught of them,)
May-be seeming to me what they are (as doubtless they indeed but seem) as from my present point of view, and might prove (as of course they would) nought of what they appear, or nought anyhow, from entirely changed points of view;
To me these and the like of these are curiously answer’d by my lovers, my dear friends,
When he whom I love travels with me or sits a long while holding me by the hand,
When the subtle air, the impalpable, the sense that words and reason hold not, surround us and pervade us,
Then I am changed with untold and untellable wisdom, I am silent, I require nothing further,
I cannot answer the question of appearances or that of identity beyond the grave,
But I walk or sit indifferent, I am satisfied,
He ahold of my hand has completely satisfied me.

sábado, agosto 13, 2011

ella fue la loca



Graeculus

Los efebos te esperaban casto y temieron
que llegara el sueño y le hablaras de Vibia
Le dirías, acaso, de la suspensión de los juicios?
Alma pequeña y errante
apenas distinguimos la lógica de la paz que nunca es con nosotros

Te esperaban casto
pero la castidad es un genital manchado por la obscenidad de la pavura
Quisiste conciliar
y a calabazas viniste
a boqueras
Habías olvidado cómo era el lado izquierdo de la cama
el olor de las hembras y el lóbulo marcado

La conciencia del abismo fue saber que no se juega ninguna jugada
porque se ha exagerado demasiado
La conciencia fue la mezcla de hijos y fulleros y bombachas
al lado de un cepillo

La belleza no te fue más cómoda
La desidia no te fue más cómoda

Si le hablaras de Vibia
le dirías que ella fue la loca
la menos tibia?

Silvia Camerotto, Lomas de Zamora, 1959
Inédito
imagen de Jane Fulton, Before the butterflies,  en Jane Fulton Alt

jueves, agosto 11, 2011

alberto girri. para ti, precisamente esta



Para ti, precisamente esta

Tanto daría,
a qué imagen te entregaras,
la conozcas, sueñes,

la de perla
cálculo en la ostra,
como esféricas piedritas adquieren
forma en el cerebro de peces,

la de cuando
la madreperla se acerca
a orillas,
engendra
bajo el rocío nocturno,

la de Índicos,
suprema en luz que devuelve
fulgor blanco,

ninguna
que no encarne la que pudiera
alojar tu palma,
ni firme ni huyendo,
que de morderla
te enseñaría cuánto difieren
los alimentos de rapiña
del nutrirse con perlas,
caminos ciertos,
de vías no señaladas,

y llegando al núcleo,
revelarte quién eres en tu perla,
cómo el reino del Padre,
es un mercader que atesora,
junta lo ganado, corre
a comprarse la más codiciada,
para ti, precisamente ésta.


Alberto Girri,  Buenos Aires, 1919-1991
en Alberto Girri, Obra Poética V, Corregidor, Buenos Aires, 1988
imagen de Esmeralda Torres, Leviatán, 2006 en Esmeralda Torres , publicada con expresa autorización de la autora