lunes, diciembre 29, 2008

intro



«Porque es en la inminencia de la muerte del lenguaje la que nos puede dibujar también la epifanía de un probable Nuevo Mundo», raúl zurita, el fin de las lenguas.

domingo, diciembre 28, 2008

vos sos mi piedra

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Dolmen

Oh, la vista desde la ventana, al amanecer,
desde el décimo piso, el mar,
el faro y los vapores de Saint-Nazaire.
La misma vista: desde el Keller, bar, al final de la Christopher
Street, los trasatlánticos que se deslizan por el
Hudson como aquí por el Loire.
Acá olímpico y lento, allá
Jugoso y fresco y negro,
el negro que lloró en mi regazo
me trajo hasta allá.
La boca de los negros es más sedosa rojiza que la boca
de los blanco, más blanda, más terrible, más
tierna y profunda. Más parecida al hocico
de los terneros del Carso, que mueren
inocentes aún antes de que los maten.
Vos sos mi piedra, Kosovel.
Resinas, sogas, tablones,
alquitrán y el silencioso deslizarse de las gomas.
Se oye más que el chapoteo del mar.
Moneda que girás en silencio, caes y te elevas en
el alcohol, no sos vos quien sisea, sisea la nafta.
Por qué en bandadas y por qué gritan.
Se desgarran. La soda rasga la vista.
Hasta que no vuelva a reposar verde,
oh, peluche de bolitas.
Con la tiza apenas tocás el palo.
El mar tras el vidrio es el otro polo del choque y se lo
bebe. La gente en verdad se desgarra.
Se desgarra como si se desgarrasen pañuelos. Este continente es
Grande. Si te agarra los pulmones, te los puede
Aplastar. Aquí el Atlántico
es macizo y gris, y se abreva en
el Loire. Las piedras, estriadas como la eternidad y
viejas. Junto al Hudson, fieras frescas,
una junto a la otra, desgarran montañas, ávidas,
el mar es muy joven aún para brindar calma.

De Τomaž Šalamun, 1941, Zagreb, ha publicado alrededor de treinta colecciones de poemas en Eslovenia y ya con su primer libro (Poker, 1966) provocó una gran convulsión en la literatura eslovena. Desechó la imaginería poética tradicional e intimista, reemplazándola por un libre juego de todo. Introdujo la presencia inconfundible del cuerpo en el texto.

tomaž šalamun
Fuente: Poesía Eslovena Contemporánea, Antología, Editorial Gog y Magog, 2006

miércoles, diciembre 24, 2008

el establo

*
Al llegar la medianoche
y al romper en llanto el Niño,
las cien bestias despertaron
y el establo se hizo vivo.

Y se fueron acercando,
y alargaron hasta el Niño
los cien cuellos anhelantes
como un bosque sacudido.

Bajó un buey su aliento al rostro
y se lo exhaló sin ruido,
y sus ojos fueron tiernos
como llenos de rocío.

Una oveja lo frotaba,
contra su vellón suavísimo,
y las manos le lamían,
en cuclillas, dos cabritos...

Las paredes del establo
se cubrieron sin sentirlo
de faisanes, y de ocas,
y de gallos, y de mirlos.

Los faisanes descendieron
y pasaban sobre el Niño
la gran cola de colores;
y las ocas de anchos picos,

arreglábanle las pajas;
y el enjambre de los mirlos
era un velo palpitante
sobre del recién nacido...

Y la Virgen, entre cuernos
y resuellos blanquecinos,
trastrocada iba y veía
sin poder tomar al Niño.

Y José llegaba riendo
acudir a la sin tino.
Y era como bosque al viento
el establo conmovido...

fuente: gabriela mistral de Ternura, canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas, otras canciones de cuna. Madrid,Saturnino Callejas, 1924.
*giotto

martes, diciembre 23, 2008

tremble in pain



Have you ever loved a woman so much you tremble in pain?
Have you ever loved a woman so much you tremble in pain?
And all the time you know she bears another mans name.

But you just love that woman so much its a shame and a sin.
You just love that woman so much its a shame and a sin.
But all the time you know she belongs to your very best friend.

Have you ever loved a woman and you know you cant leave her alone?
Have you ever loved a woman and you know you cant leave her alone?
Something deep inside of you wont let you wreck your best friends home.

domingo, diciembre 21, 2008

cotidiana


él la llama el sábado a la madrugada.
él —qué hacías?
ella —en la cama, leyendo, pero antes, lustré el bronce de toda mi casa.
él —por?
ella —ansiedad, supongo.
él —yo estoy experimentando con haikus y tankas.
ella se queda en silencio.
él (con entusiasmo)—está bueno!
ella sigue en silencio.
él —estamos hechos mierda,no?

jueves, diciembre 18, 2008

nemo 'el ángel'

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Film

Una vez a Nemo ‘el ángel’ le rompí la cabeza.
Yo tenía 10 años y un corazón violento como mis malas palabras.
Y una voz agria y dura que sabía colarse en los tranvías
y dar vueltas en las Barrancas de Belgrano seguida por los guardianes.
Él era un niño rubio y manso dejado de la mano de Dios.
Y hasta tenía los ojos húmedos de un galgo que lame las manos del castigo.
Pactaba con medallitas de lata y se regía por una oración.
Y jamás se le ocurría pensar que a las muchachas había que poseerlas.

Pero éramos camaradas.
Yo con mi afán de romperlo todo. De socavarlo todo.
—Hasta las lenguas grasosas del Río de la Plata en días de rabona—.
Con mi lujosa agresividad de niño aceptado en rueda de mayores.
Con mi insolencia zumbona de pantaloncitos rotos en el traste.
Con mi alegría salvaje que tuteaba a las ‘señoritas’.
—En Echeverría y 11 de septiembre le lustraba los ojos a mi infancia.

Y entre el olor y el sabor de la mañana sentada sobre mis rodillas
sacaba a mi corazón y en mis manos se lo daba a comer a los gorriones.
Esto hacía gruñir a los ingleses de piernas de palo y voz de vidrios rotos.
Pero mi honda lograba frustrar el servilismo de los porteros
y el corazón salía ileso porque era puro como la pepita de un carozo.

Entonces yo estaba enamorado de Perla White y de mi maestra de tercer grado.
Me gustaban los ojos oscuros y las pestañas rizadas de Pola Negri.
Y tenía una novia a quien le relataba las aventuras de Sandokán.
Se llamaba Pola Morera y era linda como la estampa de un libro.
Por ella quería ser Williams S. Hart, o el capitán de ‘La amenaza oculta’.
A mi novia le gustaban los ojos de acero de los cowboys de las películas
y me llamaba su pequeño soldadito invasor.
Porque mi voz era agria y dura dolía como una pedrada
y siempre tenía los puños listos para trizar narices.

Él, con su dulzura de arcángel doblado bajo los cornisones
en una mañana de primavera de cielo verde y nubes de cartón.
Yo, con mi hisopo flamígero encendiendo las mejillas de las muchachas
en una barricada de guerrilleros de barrio.

Hoy Nemo ‘el ángel’ anda por las plazas de Buenos Aires
y predica el salvacionismo con voz de Biblia y un tajo en la cabeza.
A veces se acompaña de un órgano y dice que ve a Dios sobre los árboles
y a Cristo sobre las aguas sucias del pecado con intención de lavarlas.

Pero yo sólo sé que Nemo ‘el ángel’ es corredor de retratos.

de Tumulto, 1935

José Portogalo
fuente: José Portogalo, Los pájaros ciegos y otros poemas, Biblioteca Básica Argentina, Centro Editor América Latina, Buenos Aires, 1992.

miércoles, diciembre 17, 2008

jacques réda. personajes en el suburbio

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personajes en el suburbio
Ustedes nunca terminan de agregar más cosas,
cajas, casas, palabras.
Sin ruido el amontonamiento aumenta en el centro de la vida
y los empuja a la periferia,
a los basureros, las autopistas, las ortigas;
ustedes solo existen como restos o humo.
Sin embargo, caminan,
dando la mano a sus hijos alucinados
bajo el cielo vasto, y no avanzan;
se estancan para siempre frente al muro de la extensión
donde las cajas, las palabras rotas, las casas se les reúnen,
los empujan un poco más lejos en esa luz
a la que cada vez le cuesta más soñarlos.
Antes de desaparecer,
ustedes se dan vuelta para sonreírle a su mujer rezagada
pero ella también está atrapada en un remolino de soledad,
y sus rasgos borrosos son los de una vieja foto.
Ella no responde, pesada y desconsolada con el peso del día sobre sus párpados,
con ese peso vivo que se mueve en su carne y la incomoda,
y el último billete del mes plegado en su blusa.

de Amen (1968)

personnages dans la banlieue
Vous n'en finissez pas d'aujouter encore des choses,
des boîtes,des maisons, des mots.
Sans bruit l'encombrement s'accroit au centre de la vie,
et vous êtes poussés vers la périphérie,
vers les dépotoirs, les autoroutes, les orties;
vous n'existez plus qu'à l'état de débris ou de fumée.
Cependant vous marchez
donnant la main à vos enfantas hallucinés
sous le ciel vaste, et vous n'avancez pas;
vous piétinez sans fin devant le mur de l'éntendue
où les boîtes, le mots cassés, les maisons vous rejoignent,
vous repoussent un peu plus loin dans cette lumière
qui a de plus en plus de peine à vous rêver.
Avant de disparaîtr,
vous vous retournez pour sourire à votre femme attardée,
mais elle est prise aussi dans un remous de solitude,
et ses traits flous sont ceux d'une vieille photographie.
Elle ne répond pas, lourde et navrante avec le poids du jour sur ses paupières,
avec ce poids vivant qui bouge dans sa chair et qui l'encombre,
et le dernier billet du mois plié dans son corsage.

jacques réda

fuente: Poesía francesa contemporánea (1940-1997), edición bilingüe. Selección, traducción, prólogo y notas, Jorge Fondebrider, Editorial Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1997.

lunes, diciembre 15, 2008

robert burns. coming thro' the rye



Coming thro' the rye, poor body,
Coming thro' the rye,
She draiglet a' her petticoatie
Coming thro' the rye.

O, Jenny's a' wat, poor body;
Jenny's seldom dry;
She draiglet a' her petticoatie
Coming thro' the rye.

Gin a body meet a body
Coming thro' the rye,
Gin a body kiss a body -
Need a body cry?

Gin a body meet a body
Coming thro' the glen,
Gin a body kiss a body -
Need the warld ken?

por Robert Burns, 1759-1796, escrito en 1782
* The catcher in the rye, J.D.Salinger

sábado, diciembre 13, 2008

eugenio montale. la casa de los aduaneros

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La casa de los aduaneros

Tú no recuerdas la casa de los aduaneros
sobre la elevación inclinada sobre la escollera:
desolada te espera desde la noche
en que entró en ella el enjambre de tus pensamientos
y se detuvo inquieto.

La marejada azota hace años la vieja muralla
y el sonido de tu risa ya no es alegre:
la brújula gira loca a la ventura
y el cálculo de los dados no regresa.
Tú no recuerdas; otro tiempo trastorna
tu memoria; un hilo se devana.

Tengo todavía la punta; pero se aleja
la casa y sobre el techo la ennegrecida
veleta gira sin piedad.
Tengo la punta; pero tú estás sola
casi ni respiras en la oscuridad.

Oh el horizonte en fuga donde se enciende
rara la luz del petrolero.
¿Es este el paso? (Pulula todavía el oleaje
sobre el acantilado que se desploma).
Tú no recuerdas la casa de esta
noche mía. Y yo no sé quién va y quién queda.

Eugenio Montale, (Génova, 1891-Milán, 1981) Le occasioni; Parte quarta
Versión © Jorge Aulicino

La casa dei doganieri
Tu non ricordi la casa dei doganieri
sul rialzo a strapiombo sulla scogliera:
desolata t’attende dalla sera
in cui v’entrò lo sciame dei tuoi pensieri
e vi sostò irrequieto.
Libeccio sferza da anni le vecchie mura
e il suono del tuo riso non è più lieto:
la bussola va impazzita all’avventura
e il calcolo dei dadi più non torna.
Tu non ricordi; altro tempo frastorna
la tua memoria; un filo s’addipana.
Ne tengo ancora un capo; ma s’allontana
la casa e in cima al tetto la banderuola
affumicata gira senza pietà.
Ne tengo un capo; ma tu resti sola
né qui respiri nell’oscurità.
Oh l’orizzonte in fuga, dove s’accende
rara la luce della petroliera!
Il varco è qui? (Ripullula il frangente
ancora sulla balza che scoscende...)
Tu non ricordi la casa di questa
mia sera. Ed io non so chi va e chi resta.


Eugenio Montale
Versión de Jorge Aulicino
fuente: otra iglesia es imposible

viernes, diciembre 12, 2008

víctor redondo. poema

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Poema

Finalmente supimos que la paz era una metáfora de la ausencia.
Que las palabras no dejarían de cruzarse sobre los cuerpos
cuando el amor estableciera sus colonias. Los libros,
portadas de la inmensa noche,
traducción del magro río de la vida en su cauce solitario,
acompañando las mismas palabras: dejar dicho
"Trabajo, trabajo", mi pequeño arte reducido a mutilaciones,
trozos del tiempo arrebatados a la idea de eternidad,
no la eternidad, las marcas de la antigua pintura en la oscura tela
sobre estas nuevas e incesantes creaciones.
¿Qué otra pacífica vida sino el fuego? ¿Qué otra vida?
Tras los vidrios hay quienes luchan por óperas descifrabels,
otra dicta la forma y el contenido, otro,
uno mismo en la misma noche, repite incesantemente
la lujuriosa victoria de estar vivo y proseguir.
¿Por qué temer a demasiadas palabras?
¿Temer el arte de la vida?
¿Por qué temer enfrentarse a un ser imperfecto
y a su lucha contra los topos uranos de la mente
a pie descalzo bajo todos los soles invisibles
si está ahí y sus blasfemias
son su vida, y no el final de un libro de vanas ciencias?
Siempre la forma bajo su arte de reliquias piadosas
siempre la tarea de ir abriendo las ramas
hasta la savia central que canta ¿y qué
si nadie nadie? ¿y cuánto bajo qué leyes del monte de piedad más absurdo?
Cisnes y blancas formaciones,
emblemas de fascinación: perros callejeros de disfraz sublime
atados a lo que aparece y desaparece
antes que el ojo pueda fijar su sentencia.
Porque si esta vida se acaba, si se rompen los vasos delirantes del inextinguible sabor
ninguna ley reverá sus causas, ninguna cadena se romperá hace mucho tiempo
y solo y perdido seré el errante que por eternidades se lamenta
y golpearé vanamente las puertas de los crueles cerrojos
y cruel como la impotencia
contaré mi paso, mis pasos,
los únicos testigos de la vida que permanece y es eterna
pero que ya no tendrá ninguna importancia.

víctor redondo

miércoles, diciembre 10, 2008

versión I


Allow not nature more than nature needs.
Thou art a lady; man's life's as cheap as beast's.
O, reason not the end.
You heavens, give me patience.
You see me here as full of grief as age.
This heart shall break into a hundred thousand flaws.
The entire world shall have full cause of weeping.
The poorest basest beggar shall be my stain,
but I'll not weep. What such things are,
not water-drops, nor hags, just old superfluous things
in both. The need but true need let not, not you
but them, to think what reason is.
Shall I go mad? O Fool!
I am wretched with noble anger but
do know not the terrors of the earth.
You gods which scarcely keep me warm,
touch me with women's weapons against the father
and be it you that stir my heart.
Fool me not so much to bear it tamely.

King Lear, Act II, Scene IV

O, reason not the need: our basest beggars 260
Are in the poorest thing superfluous.
Allow not nature more than nature needs,
Man's life's as cheap as beast's: thou art a lady;
If only to go warm were gorgeous,
Why, nature needs not what thou gorgeous wear'st,
Which scarcely keeps thee warm. But, for true need, ——
You heavens, give me that patience, patience I need!
You see me here, you gods, a poor old man,
As full of grief as age; wretched in both!
If it be you that stir these daughters' hearts
Against their father, fool me not so much
To bear it tamely; touch me with noble anger,
And let not women's weapons, water-drops,
Stain my man's cheeks! No, you unnatural hags,
I will have such revenges on you both,
That all the world shall ——I will do such things——,
What they are, yet I know not: but they shall be
The terrors of the earth. You think I'll weep
No, I'll not weep:
I have full cause of weeping; but this heart
Shall break into a hundred thousand flaws,
Or ere I'll weep. O Fool, I shall go mad!


¡Oh, no razonéis sobre la necesidad: nuestros más humildes mendigos /Son superficiales aún en la pobreza./No concedáis a la naturaleza más de lo que necesita,/La vida del hombre es tan poca cosa como la de la bestia: vos sois una dama;/Si el esplendor consiste solo en andar abrigado, /Entonces, la naturaleza no necesita de vuestros vestidos esplendorosos,
/Que apenas os brindan un poco de calor. En cuanto a la verdadera necesidad, —/¡Cielos, dadme paciencia, es paciencia lo que necesito!/¡Vosotros, Dioses, me veis aquí, un pobre anciano,/Tan lleno de dolor como de años; desgraciado en ambos!/Si sois vosotros los que agitáis los corazones de estas hijas/En contra de su padre, no me hagáis tan tonto/Como para soportarlo mansamente; tocadme con la noble furia,/¡Y no dejéis que las armas femeninas, las gotas de agua,/Manchen mis mejillas de hombre! No, vosotras arpías desnaturalizadas,/Me vengaré de ambas de tal manera,/Que el mundo entero —sí, haré tales cosas—,/Ignoro aún cuáles son: pero sí serán/El terror de la tierra. Pensáis que lloraré.
No, no lloraré:/Tengo motivos suficientes para hacerlo; pero este corazón/Se romperá en cien mil pedazos, /Antes de llorar. ¡Oh, Bufón, me volveré loco!

versión ©silvia camerotto

martes, diciembre 09, 2008

por culpa de la física cuántica


esta no soy yo... o sí?

Silvia Camerotto

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lunes, diciembre 08, 2008

eduardo hidalgo. un hombre que cae está enfermo de gravedad

eduardo-hidalgo



I.
Un hombre que cae está enfermo de gravedad
A Raúl Ruelas, in memoriam

—No sólo la altura; tan importante o más es el prestigio del lugar desde donde se salta a la muerte.CARLOS FUENTES

Eso que todos vimos
fue un hombre cayendo,
precipitando un encuentro
con la dura realidad.

Lo que todos presenciamos
fue el cuerpo
de un hombre impaciente
volando a una cita
con el pavimento.

Eso que yo vi,
lo que llenó mis ojos
¿fue un hombre
(o fue un fruto aún verde)?
¿Por qué no fue todo
como en un cuento?
¿Por qué el aire
no se hizo más denso?
¿Por qué
no se volteó el mundo
una fracción
milésima
de tiempo,
el tiempo
suficiente
que frenara
su caída
para empezar
de cero?

Muchos de nosotros ofrecimos
mentalmente y de manera expresa
una hora,
un día,
hasta un año de vida
para que el hombre siguiera
en el vacío,
no lo tocara la muerte
de forma tan dura;
y
todos
vimos
con horror
el ímpetu
ganado
por el cuerpo.

Realmente
la imagen
ganó peso:
subió el rating,
y la caída sigue
y sigue
y sigue
en programas de aniversario,
en recuentos orales
del hecho,
en notas de diarios,
en fotos,
en malos sueños,
en este texto
que ahora escribo
sobre un hombre
al que nunca vi
tocar
el
suelo.

II.
5
A Violeta Pinto

Voy a escribir un texto al que pondré por título
DECORACIÓN DE INTERIORES
Empezaré el poema con un clavo
cuya punta colocada en el lugar exacto
conocerá un sitio profundo
cuando tiempo y palabra golpeen su cabeza
con la fuerza y la pericia necesarias,
con toda la conciencia en mi interior.

Que sea una serie de poesía decorativa.
Cerraré este poema en el momento
de colgar el retrato de Eva
en el clavo clavado con firmeza
en la mejor
de las paredes
de mi corazón.

de Viene de antes, Premio Regional de Poesía Rodulfo Figueroa 2006, Gobierno del Estado de Chiapas, 2006.

domingo, diciembre 07, 2008

alberto batania. el arco de ulises

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El arco de Ulises
A veces el perseguido
(Maiakovski, revólver español)
se vuelve perseguidor
(Plath abre la llave del gas)
el acusado
(Celan se arroja al Sena)
es el que acusa
(Sexton aspira monóxido)
la víctima
(Nerval se cuelga de una farola)
cambia a verdugo
(Storni en el Mar del Plata)
el cordero
(Lugones, whisky y arsénico)
destella lobo
(Esenin se ahorca de una cañería)
se dobla al fin
(Pizarnik toma Seconal)
el arco de Ulises.

II.
Iratxe y solo
Si fuera cierto
que el hombre que ataca el azul
y se lanza hacia las tablas rotas del no se sabe
será preso y mandrágora y castigado de octubres;
si fuera cierto
que el desafiador de los mandamientos ancestrales
caerá en la noche increpadora de las sonrisas sajadas,
derrotado por el cáliz culpable del no porvenir;
si fuera cierto
que el hombre debe esperar y mantener y doblegarse
y ser manso y fabiano y Vergniaud,
¡ah, Batania!,
tú deberías ser el más triste
de los que arrastran sus pies de lombriz por la Tierra;
tú deberías retorcerte amordazado de pies y pestañas
para no escuchar los alaridos de tu cueva de ratones,
tú deberías llorar como llora el niño
cuando se le rompe la punta del lápiz
en su libro de astronauta;
tú deberías sufrir
y no ser ese hombre que camina ahora
por la Avenida Ciudad de Barcelona,
con cara de puñal y tres naranjas
sin peladura,
ese hombre que sabe
que hoy es 11 de junio de 2008
y ellos son un día más viejos
(y más viejos,
y más viejos),
que son las siete de la tarde
y eres un día más fuerte
(y más fuerte,
y más fuerte),
que no hay miedo ni nunca
porque tú estás Iratxe
y firme, Iratxe
y solo,
Iratxe y resuelto a seguir
tu camino libre,
errado
y sordo
ante el futuro.

III.
La media hora del marmolista
Ten cuidado, amigo,
te digo ten cuidado,
que no se te escape el ojo a la altura
del labio, que no te ajen
en surcos de ocho horas, ten cuidado
amigo, ten cuidado.

El pan se puso duro el otro siglo,
y aquí nadie confiesa
que fuimos derrotados.
Ten cuidado con ese apartamento.
Ten cuidado con esa hipoteca.
Cuidado con los hijos.
Ten cuidado.

Te hacen la vida otros.
Te dan felicidades de juguete.
Te pasan su película tan rápido,
no sé si me explico, tan rápido...

Apenas te das cuenta,
de ti no queda nada
sino la media hora de trabajo
que en la tumba invirtió el marmolista.

fuente: diario del poeta neorrabioso

viernes, diciembre 05, 2008

miércoles, diciembre 03, 2008

vicente muleiro. volver volver

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I.
volver volver
Voy camino a la locura, Maldonado


Cuando el pasado es un basural
escondido en el fondo de la niebla
y uno quiere volver
aunque esté claro que el ayer fue nunca
que la memoria no registra el canto
de cierta calidez
y sin embargo aún y todavía
uno quiere volver
volver, volver.

II.
canción de mí


Ese prolijo muerto que seré
atraviesa la calle
gustando la creencia
de que es él quien se guiña
el ojo en las vidrieras

no podrán convencerlo
de que ve un espejismo, una
ilusión atroz, una
orquestal mentira.

Ese educado muerto que seré
ha hecho de su nombre
una diestra ficción

para andar como pueda
entre lluvias labiales
y ejércitos de olvido.


vicente muleiro
fuente: Nueva poesía argentina, durante la dictadura (1976-1983), Buenos Aires, 1989, Ediciones Calle Abajo

martes, diciembre 02, 2008

daniel chirom. selección

danielchirom
I.
Li Po

La luna callada
canta en el valle.
Nadie la escucha
salvo Narciso
que ha extraviado su lago
y la mira.

II.
Lilith

La luna es nueva
y el río ya no es el mismo
pero tus ojos permanecen iguales;
sólo quien viajara hacia el fondo de su mirada
descubriría algo más que el paso del tiempo:
un animal enfurecido contra la jaula del horizonte.

III.
El Ojo De Los Días

Aún humea el ojo de los días.
En el templo las voces bordan los cielos
y las lluvias bendicen lenguas dolientes.
Un espíritu se ha levantado desde las fauces del océano
y su aliento incendia jardines de piedra.
El silencio tañe muérdago,
un ojo ríe
y cuerpos perdidos hienden la ausencia.
No hay salvación,
todavía el alma pena.

daniel chirom, 1955-2008

lunes, diciembre 01, 2008

christopher marlowe. fausto


Fausto

¡Ay, Fausto
Solo te resta sino una hora de vida,
y luego sufrirás la condena eterna!
¡Deteneos, esferas celestiales
para que el tiempo cese, y la medianoche nunca llegue!
Bello Ojo de la Naturaleza, ¡levántate y
perpetúa el día o deja que esta hora dure
un año, un mes, una semana, un día común,
para que Fausto pueda arrepentirse y así salvar su alma!
¡O lente, lente currite, noctis equi!
Las estrellas siguen su curso, el tiempo corre, el reloj dará la hora,
y vendrá el demonio, y Fausto será maldito.
¡Oh! ¡Me elevaré hasta Dios! —¿Quién es el que empuja hacia abajo?—
¡Ved, ved como la sangre de Cristo fluye por sobre el firmamento!
Una sola gota salvaría mi alma, media gota; ¡Ah, Cristo mío!
¡No desgarréis mi corazón por nombrar a mi Cristo!
Aún así lo invocaré: ¡libérame Lucifer!
¿Adónde está ahora? Se ha ido: ¡y mira, donde Dios
extiende su brazo, y frunce su iracundo ceño!
Montañas y colinas, ¡venid, venid y sepultadme
y ocultadme de la profunda ira divina!
¡No, no!
Luego me hundiré en los abismos de la tierra;
¡Tierra ábrete! ¡Oh, no! ¡Ella no me cobijará!
Astros, que brillaban cuando nací,
vuestro influjo determinó la muerte y el infierno,
levantad a Fausto, como niebla confusa,
en las entrañas de estas preñadas nube(s),
para que, cuando vomiten nuevamente al aire,
expelan mis miembros de sus negras bocas,
y así mi alma pueda elevarse al cielo.

(El reloj marca el cuarto de hora).

¡Media hora ha pasado! Una hora completa será pronto,
oh Dios,
si tú no has de tener piedad con mi alma,
por el amor de Cristo, cuya sangre fue derramada por mi causa,
ponle fin a este interminable dolor;
dejad que Fausto more mil años en el infierno,
cien mil años, y que ¡al fin salvado sea!
¡Oh, no no hay fin para las almas condenadas!
¿Por qué no fui una criatura sin alma?
¿Por qué es inmortal la que poseo?
Ah, si la metempsicosis de Pitágoras fuera cierta,
¡mi alma debería abandonarme, y yo sería encarnado
en una bestia bruta! Todas las bestias son dichosas,
pues cuando mueren
sus almas se disuelven en la materia;
pero la mía debe aún vivir encadenada al infierno.
¡Malditos sean los padres que me engendraron!
No, Fausto, maldícete a tí mismo, maldice a Lucifer
que te ha privado de la bonanza del cielo.

(El reloj marca las doce).

¡Oh, está sonando! ¡Suena! Ahora, cuerpo, ¡tórnate aire
o Lucifer te precipitará prontamente al infierno!

(Truenos y rayos).

¡Oh, alma, conviértete en pequeñas gotas de agua
y confúndete en el océano! ¡Nunca seas encontrado!


versión © silvia camerotto

FAUSTUS/Ah, Faustus,/Now hast thou but one bare hour to live,/And then thou must be damn'd perpetually!/Stand still, you ever-moving spheres of heaven,/That time may cease, and midnight never come;/Fair Nature's eye, rise, rise again, and make/Perpetual day; or let this hour be but/A year, a month, a week, a natural day,/That Faustus may repent and save his soul!/O lente, lente currite, noctis equi!/The stars move still, time runs, the clock will strike,/The devil will come, and Faustus must be damn'd./O, I'll leap up to my God!—Who pulls me down?—/See, see, where Christ's blood streams in the firmament!/One drop would save my soul, half a drop: ah, my Christ!--/Ah, rend not my heart for naming of my Christ!/Yet will I call on him: O, spare me, Lucifer!/Where is it now? 'tis gone: and see, where God/Stretcheth out his arm, and bends his ireful brows!/Mountains and hills, come, come, and fall on me,/And hide me from the heavy wrath of God!/No, no!/Then will I headlong run into the earth:/Earth, gape! O, no, it will not harbour me!/You stars that reign'd at my nativity,/Whose influence hath allotted death and hell,/Now draw up Faustus, like a foggy mist./Into the entrails of yon labouring cloud[s],/That, when you vomit forth into the air,/My limbs may issue from your smoky mouths,/So that my soul may but ascend to heaven!/[The clock strikes the half-hour.]/Ah, half the hour is past! 'twill all be past anon/O God,/If thou wilt not have mercy on my soul,/Yet for Christ's sake, whose blood hath ransom'd me,/Impose some end to my incessant pain;/Let Faustus live in hell a thousand years,/A hundred thousand, and at last be sav'd!/O, no end is limited to damned souls!
Why wert thou not a creature wanting soul?/Or why is this immortal that thou hast?/Ah, Pythagoras' metempsychosis, were that true,/This soul should fly from me, and I be chang'd/Unto some brutish beast! all beasts are happy,/For, when they die,/Their souls are soon dissolv'd in elements;/But mine must live still to be plagu'd in hell./Curs'd be the parents that engender'd me!/No, Faustus, curse thyself, curse Lucifer/That hath depriv'd thee of the joys of heaven./[The clock strikes twelve.]/O, it strikes, it strikes! Now, body, turn to air,/Or Lucifer will bear thee quick to hell!/[Thunder and lightning.]/O soul, be chang'd into little water-drops,/And fall into the ocean, ne'er be found!

fuente: The tragical story of Dr. Faustus, Christopher Marlowe, pertenciente al Quarto de 1604