domingo, septiembre 28, 2008

versión



To be, in a thousand shocks or not to be
devoutly under that patient merit of the unworthy takes.
The undiscover'd country, the heart-ache,
the pangs of despised love.
Give us pause!
Calamity puzzles the will
'Tis nobler in the mind to suffer?
The insolence of office and the spurns,
the thousand natural shocks
that flesh is heir to.
Whether the oppressor's wrong,
'tis a consummation,
the native hue of resolution,
the law's delay.
There's the rub:
thus conscience does make cowards of us all;
the whips and scorns of time,
a sea of troubles,
the dread of something after death.
What dreams may come against a weary life?
There's the respect:
the pale cast of thought
from whose bourn no traveller returns.
No more so long life.
The quietus make,
enterprises of great pith,
this mortal coil that makes us rather bear
those ills we have
and lose the name
the bare bodkin.
Thy orisons we know not of.
Others?
Who would my sins remember?

silvia camerotto, lomas de zamora, 1959
nota: dedicado a héctor camerotto (28.9.1931- 13.9.1992)


*original/Hamlet, acto III, escena IV
william shakespeare

To be, or not to be: that is the question: /Whether 'tis nobler in the mind to suffer /The slings and arrows of outrageous fortune, /Or to take arms against a sea of troubles, /And by opposing end them? To die: to sleep; /No more; and by a sleep to say we end /The heart-ache and the thousand natural shocks 7That flesh is heir to, 'tis a consummation /Devoutly to be wish'd. To die, to sleep; /To sleep: perchance to dream: ay, there's the rub; /For in that sleep of death what dreams may come /When we have shuffled off this mortal coil, /Must give us pause: there's the respect /That makes calamity of so long life; /For who would bear the whips and scorns of time, /The oppressor's wrong, the proud man's contumely, /The pangs of despised love, the law's delay, /The insolence of office and the spurns /That patient merit of the unworthy takes, /When he himself might his quietus make /With a bare bodkin? who would fardels bear, /To grunt and sweat under a weary life, /But that the dread of something after death, /The undiscover'd country from whose bourn /No traveller returns, puzzles the will /And makes us rather bear those ills we have /Than fly to others that we know not of? /Thus conscience does make cowards of us all; /And thus the native hue of resolution /Is sicklied o'er with the pale cast of thought, /And enterprises of great pith and moment /With this regard their currents turn awry, /And lose the name of action. - Soft you now! /The fair Ophelia! Nymph, in thy orisons /Be all my sins remember'd.

*traducción al castellano por Rafael Pombo, poeta colombiano (Bogotá, 7 noviembre 1833 - 5 mayo 1912)

¡Ser, o no ser, es la cuestión!—¿Qué debe /más dignamente optar el alma noble /entre sufrir de la fortuna impía /el porfiador rigor, o rebelarse /contra un mar de desdichas, y afrontándolo /desaparecer con ellas? /Morir, dormir, no despertar más nunca, /poder decir todo acabó; en un sueño /sepultar para siempre los dolores /del corazón, los mil y mil quebrantos /que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara /concluir así! Morir... quedar dormidos... /Dormir... tal vez soñar!—¡Ay! allí hay algo /que detiene al mejor. Cuando del mundo /no percibamos ni un rumor, ¡qué sueños /vendrán en ese sueño de la muerte! /Eso es, eso es lo que hace el infortunio /planta de larga vida. ¿Quién querría /sufrir del tiempo el implacable azote, /del fuerte la injusticia, del soberbio /el áspero desdén, las amarguras /del amor despreciado, las demoras /de la ley, del empleado la insolencia, /la hostilidad que los mezquinos juran /al mérito pacífico, pudiendo /de tanto mal librarse él mismo, alzando /una punta de acero? ¿quién querría /seguir cargando en la cansada vida /su fardo abrumador?... Pero hay espanto /¡allá del otro lado de la tumba! /La muerte, aquel país que todavía /está por descubrirse, /país de cuya lóbrega frontera /ningún viajero regresó, perturba /la voluntad, y a todos nos decide /a soportar los males que sabemos /más bien que ir a buscar lo que ignoramos. /Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos /haces unos cobardes, y la ardiente /resolución original decae /al pálido mirar del pensamiento. /Así también enérgicas empresas, /de trascendencia inmensa, a esa mirada /torcieron rumbo, y sin acción murieron.

sábado, septiembre 27, 2008

t.s.eliot. el nombre de los gatos


El nombre de los gatos

El nombre de los gatos es una cuestión delicada,
no es tan sólo uno de esos juegos para un día feriado;
ustedes pensarán que estoy loco como un sombrerero
cuando afirmo: un gato debe tener TRES NOMBRES DISTINTOS.
Primero, está el nombre que la familia le da a diario,
como Pedro, Augusto, Alonso, Jaime,
como Víctor o Jonás, Jorge o Bill Baily,
todos ellos sensatos nombres cotidianos.
Si suponéis que suenan mejor, existen nombres más fantasiosos,
unos para los caballeros, otros para las damas,
como Admeto, Platón, Electra, Deméter,
sensatos nombres cotidianos también estos.
Pero yo sostengo que un gato debe tener un nombre exclusivo,
un nombre especial y más digno,
de otro modo, ¿cómo podría mantener erguida su cola,
o atusar sus bigotes, o alimentar su orgullo?
Nombres de esa clase puedo sugerir muchos
Mankustrap, Quaxo, o Coricopat,
Bombalurina, o bien Jellylorum,
nombres que no compartirán con otro gato.
Pero además de esos nombres todavía queda otro,
el nombre que jamás podremos adivinar,
el nombre que ningún hombre puede adivinar,
pero que EL GATO SABE, y no habrá de confesar.
Cuando sorprendan a un gato en profunda meditación,
la causa, les advierto, es siempre la misma:
su mente está entregada a la contemplación
de una idea, de una idea, de la idea de su nombre,
su inefable, efable,
efinefable,
único, profundo e inescrutable Nombre.

T.S.Eliot, St. Louis Missouri 1888- Londres 1965
Versión de Alberto Girri // Print de Jamie Edwards

The naming of cats

The Naming of Cats is a difficult matter,
It isn't just one of your holiday games;
You may think at first I'm as mad as a hatter
When I tell you, a cat must have THREE DIFFERENT NAMES.
First of all, there's the name that the family use daily,
Such as Peter, Augustus, Alonzo or James,
Such as Victor or Jonathan, George or Bill Bailey—
All of them sensible everyday names.
There are fancier names if you think they sound sweeter,
Some for the gentlemen, some for the dames:
Such as Plato, Admetus, Electra, Demeter—
But all of them sensible everyday names.
But I tell you, a cat needs a name that's particular,
A name that's peculiar, and more dignified,
Else how can he keep up his tail perpendicular,
Or spread out his whiskers, or cherish his pride?
Of names of this kind, I can give you a quorum,
Such as Munkustrap, Quaxo, or Coricopat,
Such as Bombalurina, or else Jellylorum—
Names that never belong to more than one cat.
But above and beyond there's still one name left over,
And that is the name that you never will guess;
The name that no human research can discover--
But THE CAT HIMSELF KNOWS, and will never confess.
When you notice a cat in profound meditation,
The reason, I tell you, is always the same:
His mind is engaged in a rapt contemplation
Of the thought, of the thought, of the thought of his name:
His ineffable effable
Effanineffable
Deep and inscrutable singular Name.

jueves, septiembre 25, 2008

mario de lellis. el sillón


El sillón


Mañana gris y nadie quiere recogerte.

Junto al cordón de la vereda,
tu bordadura de años, tus escombros.

¿Quién descansó allí?
¿Qué fatiga encorvada de horno y pala?
¿Qué romántico amor caridolente
en tus primeras lunas de folletín y arpa?
¿Mi madre, con su rostro de hortensia entre las nubes?
(En las horas de siesta le gustaba
quedarse en una sala con retratos)
¿Mi abuelo? ¿O el primer gringo amigo de mi abuelo,
aquel que ahorraba moneditas para comprar postales?
Y en las veladas de peinetón y polca,
¿qué tornadizo azul torneado
coqueteó en tu estrechez de nido de abanicos?
¿Y qué cosas tuviste cerca tuyo?
¿Qué reloj de cucú, qué mirlo en jaula,
qué pecíolo rojo, qué digno piano?
¿Qué reliquia clavada en la pared
te miró tanto tiempo con los ojos sonámbulos?
¿Qué torreones de sueños se veían
desde tu sitio? ¿Qué pesares borrados?

Mi madre no desconoció tu historia.
Cuando yo te llevé, se sonreía.
Una sonrisa llena de pasado.

Mañana gris y nadie quiere recogerte.

Todo tu tiempo ha terminado.

mario jorge de lellis
De Hombres del álbum

miércoles, septiembre 24, 2008

jorge garcía sabal. sitio


Sitio

Hice bien.
Esta noche tapé la jaula de los pájaros,
dejé sin luz a los peces que dormían
cautivos de un solo ojo, eché
por la escalera, justo en su última vida,
al gato.
Hice todo bien.
Ahora estoy solo y Billie Holliday me dice,
hamacándome, la voz llena de pasto y agria,
un cuento para dormir, un sueño. Ella
dice y cuenta cosas que conozco, hamacándome
suave, solos.

Ahora amanece, es el día para siempre.
Me hamaco. Estoy solo. Hice bien, todo bien.

Jorge García Sabal, Balcarce, 1948 - Buenos Aires, 1996

miércoles, septiembre 17, 2008

darío rojo. por la inquisición general


por la inquisición general

de los destiempos tus ojos
se taparon y en el gueto de Varsovia
fuiste sin mácula el torturador.
La hoja de Toledo sobre el agua
planea todavía, pero el alma sumergida
está. Después de afeitarme y fumar
un cigarrillo se me fue exigida
una respuesta formal; mi espada
la dio debidamente. El tiempo
ahora es exacto y el presente continuo.


darío rojo

de Una antología de la poesía argentina, (1970-2008), Selección, prólogo y notas por Jorge Fondebrider, editorial Lom, Santiago de Chile, 2008.

(más poemas de Darío Rojo)

domingo, septiembre 14, 2008

la teoría del glamour


todo empezó con el comentario sobre un libro del que no estaba segura, aún no estoy segura, (si es que hay algo que sea en realidad seguro), sobre cuánto me gusta. entonces, mi interlocutor, en un salto, pensando en el lenguaje, me dijo que los que establecen el canon habían arruinado la poesía, que la habían degradado, que produjeron la renuncia a una poesía elevada, fomentado el coloquialismo, agregando: porque el poeta es un ser diferente, porque estos son todos burgueses, porque mirá a fijman, mirá a bustos... ellos se encontraron en el borda.
primera in-conclusión: todo poeta que así se precie, ha de ser un border.
si mal no recuerdo, no todos los grandes poetas han terminado en el punto de encuentro 'borda'. algunos zafaron. si mal no recuerdo, algunos grandes poetas pactaron con el fascismo, el catolicismo, y con cualquier otro ismo que estuviera a mano. si mal no recuerdo, algunos canónicos medios publicaron a celan, (vaya, con el canon oficialista. se puede escribir poesía después de auschwitz? ), y a surrealistas, y a dadaístas, y sí, también a objetivistas y publicaron mucha y variada poesía. si mal no recuerdo, algunos poetas, además de respirar, comen, se visten y duermen, aunque sea muy de vez en cuando. incluso pessoa trabajaba,en una oficina, traduciendo correspondencia comercial.
el poeta: es un pequeño dios? es el intermediario entre dios y el hombre? es el visionario? un ser oracular?
primera conclusión: sea como fuere, el poeta también es un hombre.
lo que ha bastardeado la poesía es otra cosa. no es un grupo de personas a cargo de una revista. ni siquiera es un grupo de personas. ni el canon. lo que ha bastardeado la poesía es la obviedad, el coloquialismo recurrente y extremoso, el ninguneo ontológico, la falta de cuestionamiento, el fast life y las modas. sí, las modas.
hoy, aquí, alguna (mucha) gente de la cultura no asiste a la casa del escritor porque es macrista. si se rinde homenaje a giannuzzi o a monguzzi, da igual. no vamos, porque el lugar del evento es macrista y además, no es cool. hoy, aquí, se buscan los quince minutos de fama, proliferan los talleres literarios donde todo se mezcla, se infortuna y los alumnos pasan del extremo del discurso cotidiano del tacho de basura a la ampulosidad de las palabras carentes de significado.
hoy, aquí, los conceptos se confunden y se alteran, como la biblia y el calefón.
no importa el escritor, importa el lugar.
no importa la escritura, importa el diseño de tapa.
no importa la lectura, importa la performance.
no importa si hay algo para decir, ni si hay cómo decirlo. se dice lo que viene en gana, como sea.
segunda conclusión: no se dice. no se está diciendo.
se vive en definiciones, en inclusiones que excluyen, en cegueras monocordes que marcan a dedo, que castigan y, a veces, premian.
lo que bastardea la poesía es la futilidad con que se escribe, una poética del vacío que se convierte en profuso llenado y nunca silencio.
no, no es el canon, ni un grupo de gente, ni un diario, ni una revista.
lo que bastardea la poesía es el olvido de la poesía misma.
tercera y última conclusión: el pensamiento encerrado, es pensamiento inútil.

viernes, septiembre 12, 2008

jude nutter. robo de tumba con rilke


Robo de tumba con Rilke

Querés escribir sobre la vida
pero regresás al cuerpo, una y otra vez; de vuelta
a ese cementerio descuidado, lleno de maleza,
donde el pequeño mausoleo familiar
ha sido violentado y los huesos
de la tumba de tus padres
pasan de un mundo a otro continuamente. Aunque
no creas en dios,
sí creés que tus muertos deberían permanecer
eternamente intactos, y sin embargo tus padres
no dejarán de negociar sus posesiones terrenales:
has visto robarlas, atenazadas en las mandíbulas
del tejón y del zorro, llevadas
por las garras negras del cuervo
hacia un destino que incluso vos llamarías
cielo; y una vez, descubriste el lado oscuro de unos niños,
escurridizos como piedras en la lluvia, esperando, mientras el único chico
dispuesto a tocar por todos ellos a los muertos,
se metía en la tumba y volvía
con parte de tus padres entre sus manos.
Todo descenso hacia el conocimiento se logra
por desobediencia a los dioses,
y mientras lo veías irse — un pequeño héroe,
los bolsillos llenos de baratijas que te pertenecían,
pensaste en Rilke, quien decía que su dios
era un dios oscuro ― un entretejido, decía,
hecho de cientos de raíces que absorben en silencio,
una metáfora, sí, pero toda metáfora revela
el espíritu del mundo literal y qué actos
sacrílegos habrá cometido
para decir eso. Él tenía su carga, y ni una vez
pensaste en pedirle a aquel chico que regresara.
Estás ahora parada bajo la luz del sol, en medio del umbral
astillado de la tumba de tus padres, mirando hacia el interior:
y así, te decías, así es como era en un tiempo para ellos,
cuando se paraban en silencio, tomados de la mano,
en aquel corredor bien iluminado justo frente
a la puerta de mi cuarto, observando
las gradas de mis pequeñas costillas subiendo y bajando
.

jude nutter
versión ©Silvia Camerotto

grave robbing with rilke
You want to write about life
But you keep coming back to the body; back
to this untended, overgrown graveyard
where your small, family mausoleum
has been broken open and the bone
ware of your parents’ tomb keeps passing
out of one world and into another. Even if god
is something in which you will not believe,
you believe your dead should remain
in one piece forever, and yet your parents
will not stop trading their earthly possessions:
you’ve seen them taken—clamped in the jaws
of the badger and the fox; carried
by the raven’s mussel-black devices
toward a purpose even you would name
heaven; and once, you found a darkness of children,
slick as stones in the rain, waiting, as the one boy willing
to touch the dead for them all stepped forward
into the tomb and came back
carrying pieces of your parents in the basket
of his fingers. Any fall toward knowledge is won
through disobedience to the gods,
and as you watched him go—a tiny hero,
his pockets full of trinkets belonging to you,
you thought about Rilke, who claimed his god
was a dark god—a webbing, he said,
made of a hundred roots that drink in silence:
a metaphor, yes, but every metaphor reveals
the ghost of a literal world and what acts
of desecration he must have committed
in order to claim it. He had his burden, and not once
did you think of calling that young boy back.
You stand, now, in sunlight, on the splintered
threshold of your parents’ grave, looking in:
and this, you tell yourself, is how it was once
for them, as they stood in silence, hand
in hand, in that brightly lit hallway just outside
the doorway to my room, watching
the rungs of my small ribs rising and falling
.

domingo, septiembre 07, 2008

francisco 'paco' urondo. el ocaso de los dioses



el ocaso de los dioses

No hay nadie en la calle, en los ruidos húmedos, en el vuelo de las hojas y mis pasos quieren reiniciar las maderas de la adolescencia.

Pero todo está abandonado, no hay nada que pueda favorecernos; ningún aire de inconsciencia, ningún reino de libertad. Sólo hábitos tolerantes haciendo crujir nuestra memoria. "Ha estado bien", decimos.

Dueños del incendio, de la bondad del crepúsculo, de nuestro hacer, de nuestra música, del único amor incoherente; soberanos de esa calle donde los tactos y la impresión hicieron su universo.

Las sombras acarician aún sus veredas, tu mismo nombre y tu gesto son una forma nocturna que en esa constelación crece y sabe enrostrar nuestra culpa.

Y todo termina con una esperanza, con una dilación

Ha estado bien–, o en un bostezo, o en otro lugar donde es menester el coraje.


de Historia antigua, Paco Urondo. © Herederos de Francisco Urondo

viernes, septiembre 05, 2008

juan carlos bustriazo ortiz. vigésima cuarta palabra


vigésima cuarta palabra

Águeda Franco: ahora que estoy preso,
que este homicida late consumido,
yace oxidado, occipital, confeso,
occidental, poniente, sol caído,
y parietal, decúbito, poseso
de su fatal, de su hecho renegrido,
lástima, sí. Águeda Franco, de eso
que el hombre llama crimen, de eso he sido
un elegido más, ni pan ni hueso
tengo el roer, y el carcelero, ido
en su pensar, su vuelo, pasa tieso,
talón, talón, borceguí negro, hundido
en lo betún, la sombra, fuerte, ileso,
Águeda Franco: bésote, sentido.

(Cárcel de Encausados de Santa Rosa, 24 de marzo)
Esquela endecasílaba para Águeda Franco, tierna muchacha de General Pico, escribidora de floridas cartas y de bellos poemas pintados.

De Herejía Bermeja, Libro del Ghenpín (1977)
sobre Águeda Franco

lunes, septiembre 01, 2008

juan de dios peza. reír llorando


reír llorando

Viendo a Garrik —actor de la Inglaterra—
el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el mas gracioso de la tierra
y el más feliz...»

Y el cómico reía.
Víctimas del spleen, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro —le dijo—, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».

—Viajad y os distraeréis.
— ¡Tanto he viajado!
—Las lecturas buscad.
—¡Tanto he leído!
—Que os ame una mujer.
—¡Si soy amado!
—¡Un título adquirid!
—¡Noble he nacido!
—¿Pobre seréis quizá?
—Tengo riquezas
—¿De lisonjas gustáis?
—¡Tantas escucho!
—¿Que tenéis de familia?
—Mis tristezas
—¿Vais a los cementerios?
—Mucho... mucho...

—¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
—Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.

—Me deja —agrega el médico— perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.

—¿A Garrik?
—Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.

—¿Y a mí, me hará reír?
—¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
—Así —dijo el enfermo— no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.

¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.